Opinión
Miercoles 24 de Abril del 2024 07:34 hrs

¡AL HUESO!


Aterroriza lo que implica para México y su futuro que la venganza anule un auténtico concepto de justicia, tenemos como ejemplo la acusación contra Alonso Ancira que más allá de la retórica de las mañaneras no tiene soporte probatorio alguno

“No se puede gobernar con base en impulsos caprichosos, sino con sujeción a las leyes.”

Benito Juárez.

“¿Por qué en tu columna defiendes a Rosario y Ancira?”, me preguntó un colega a inicios de la pasada semana.

“Creo que no leíste bien, defiendo no a ellos sino un concepto de una justicia justa que hoy no tenemos. Y cuando la venganza la anula, me aterroriza lo que implica para México y su futuro”, le respondí.

Sinteticé en un señalamiento la irracional irregularidad del caso Ancira: “Mientras el que compró y habría pagado en exceso, además de ser presunto responsable de otros graves delitos, está en su casa disfrutando de la impunidad, el que vendió está en la cárcel”.

En un resumen de la situación legal del presidente de AHMSA, entregado a algunos periodistas desde la acerera, un párrafo copiado de la denuncia de la Fiscalía General de la República despejó cualquier atisbo de duda sobre la manipulada construcción de cargos penales contra Ancira:“Emilio Ricardo Lozoya Austin, previo a fungir como Director General de la paraestatal, con un alto grado de probabilidad, prometió a la empresa AHMSA de ALONSO ANCIRA ELIZONDO, el otorgamiento de contratos ilícitos por parte de PEMEX a cambio de la entrega de dinero que sería destinado para la adquisición de un bien inmueble ubicado en la Ciudad de México”.

Por increíble que parezca, esa es la litis base sobre la cual la FGR sustenta la acusación de “operaciones con recursos de procedencia ilícita” que un juez, evidentemente “a modo”, utilizó para emitir una orden de detención y para que el Gobierno de México solicitara a España la captura y extradición.

El mismo texto precisa que los pagos hechos a Emilio Lozoya por servicios de gestoría ocurrieron cuando no era funcionario, no tuvieron origen ilícito porque salieron de cuentas de la empresa, nadie sabía que sería designado director general de PEMEX y no hubo ninguna clase de contratos posteriores lícitos o ilícitos entre AHMSA y PEMEX.

Nada enlaza la denuncia de la FGR con la compraventa de Agronitrogenados, pero la retórica desbocada de las mañaneras si lo hace.

El escrito sostiene que en tanto existen valuaciones oficiales, así como privadas nacionales e internacionales, que respaldan el monto que PEMEX pagó por el complejo petroquímico de Agronitrogenados, el Presidente sin documento alguno acusa un sobreprecio de 200 millones de dólares que exige regresar.

Agrega, asimismo, que meses de revisión de las cuentas personales de Ancira y de AHMSA no probaron ninguna transacción sospechosa, mientras los tribunales, pese a la evidente y abierta presión ejercida por el propio Presidente, han emitido sentencias a favor del empresario sin que estas se cumplan, entre ellas la cancelación del juicio.

Y claro, no alude el caso de su amigo y consejero Ricardo Salinas Pliego, que con maniobras financieras comprobadas se embolsó más de 400 millones de dólares por la venta a PEMEX de la empresa Fertinal.

Al margen de esa suma de evidentes irregularidades, como se señaló en la columna anterior, el objetivo subyacente en la torva trama político-judicial es forzar la entrega de AHMSA, al menor costo posible, a Julio Villarreal Guajardo, uno de los principales financistas del grupo en el poder, que ahora lo privilegia.

En opinión de conocedores del mundo del acero, dada la disparidad de dimensiones industriales entre Grupo Villacero -que, recordemos, en el gobierno de Carlos Salinas se adjudicó Sicartsa en Lázaro Cárdenas y fracasó- entregarle AHMSA “será como poner al panadero de la esquina al frente de Bimbo”, con lo que ello representa para la que hasta este sexenio era la principal siderúrgica del país.

En el fondo, los actuales moditos de la justicia entrañan todo un juego digno de una buena serie televisiva sobre la “mafia del poder”.

Sí, la actual.






OPINION

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