Contrastes (o Más y Mejores Empresas)

De nuevo vemos al gobierno tomando partido hacia los amigos, justificándolos y eximiéndolos, mientras que son implacables con los opositores para construir una retórica populista

Vivimos en un país de contrastes.

Mientras unos pueden comprar su libertad por 200 millones de dólares, algo así como 4,000,000,000 de pesos, otros tienen que demostrar estar al corriente con el SAT para recibir el magro crédito de 25,000 para sus micro empresas en la peor crisis sanitaria y económica mundial en 100 años.

Con lo que el señor Ancira pagará como reparación de daños por la venta a sobreprecio de Agronitrogenados se podrían otorgar algo así como 160 mil créditos a la palabra de los que, tan pomposamente anuncia la Secretaría de Economía, ofertará en una segunda etapa del programa de Créditos a la Palabra. Curiosamente, solo otorgarán 60,000, en vez del 1.39 millones que se otorgaron el año pasado por la Secretaría de Bienestar. De estos, solamente 40,000 irán a contribuyentes cumplidos, con una cuota de género al 50-50, mientras que otros 20,000 serán otorgados de acuerdo al censo de bienestar.

No se si el señor Ancira es inocente o culpable. No soy fiscal para culpar, ni juez para juzgar. Lo que se, porque es del dominio publico, es que en 1991 compró AHMSA por, lo que se calcula fue, una quinta parte del valor real de la empresa. También se, porque también es del dominio público, que el empresario, declaradamente priista ha sido uno de los principales blancos de López Obrador.

Entiendo que el presidente vea la oportunidad de crear, en Alonso Ancira, un ejemplo de su retórica anticorrupción. Otros empresarios favorecidos con la ola de privatizaciones que se dieron en el sexenio de Carlos Salinas como Calos Slim y Ricardo Salinas han trabajado, de una u otra forma, con López Obrador. Ancira, por el contrario, tomó partido y apostó, abiertamente, en contra del actual presidente. Considerando que López Obrador no parece querer tocar al expresidente Peña Nieto, construir parte de su retórica alrededor de las historias oscuras que han ocupado la mayor parte del siglo XXI en Coahuila, pareciera una buena opción.

Los contrastes que se presentan nos demuestran otra vez que, aunque el diagnóstico fue correcto, la solución ha sido un amargo trago de más de los mismos retrocesos en lo esencial.

De nuevo vemos al gobierno tomando partido hacia los amigos, justificándolos y eximiéndolos, mientras que son implacables con los opositores para construir una retórica populista. Así demuestran su incapacidad de ser imparciales y gobernar para todos los mexicanos por igual, bajo un marco de estado de derecho y promoción de oportunidades.

Vemos como la política publica progresista se convierte en dádivas que apenas y permiten mantener un estatus quo de miseria y marginación, armando un entramado clientelar con lógica electoral y fuerte carga demagógica.

Mientras tanto, los temas de fondo que la sociedad mexicana necesita se atiendan en promoción de piso parejo que brinde las oportunidades de desarrollo para la mayor parte de la sociedad, trabajando en conjunto, no pasan, siquiera, por su cabeza.

México necesita de más y mejores empresas. Necesita que, aunque nazcan micro o pequeñas, tengan la motivación para crecer y crear valor para la sociedad. Necesita un ecosistema empresarial que promueva que sean formales, que paguen impuestos, que crezcan y contraten personal que, a su vez, pague impuestos y tenga seguridad social. Que pueda capacitarse y educar a sus hijos de forma de que ellos tengan la expectativa de un futuro mejor. Necesita que las cadenas de valor se integren por medio de la confianza que da el respeto irrestricto que el estado de derecho y la seguridad personal y patrimonial.

México necesita que un empresario, tan pequeño o grande como pueda ser, invierta con la seguridad que nadie le quitara lo ganado, con trabajo honrado, por decreto o cambio de las reglas del juego.

Ni capitalismo de cuates, persiguiendo a unos y tolerando a otros, ni dádivas populistas, clientelares y electoreras, lo que se necesita es un gobierno capaz con política pública de verdad.