Opinión
Viernes 29 de Marzo del 2024 05:53 hrs

¡AL HUESO!

Edificar un Nuevo México


La destrucción institucional, la anulación del diálogo, la descalificación de las ideas, el desprecio a la ciencia, la exaltación del antagonismo, el freno a la inversión, están cerrando el espacio a la posibilidad de concretar, con mayor justicia social, las enormes potencialidades de desarrollo del país

“Pensar diferentes no es delito, es un derecho y privilegio de los seres humanos”. Declaración Universal de los Derechos Humanos.

¿Todo estuvo tan mal? El denostado pasado, lleno de fallas y excesos, sin embargo nos heredó un país con instituciones y grandes potencialidades.

Tal como señaló hace varias semanas en este mismo espacio Jorge Erdmann Reich, la crisis general desatada en el país por la actual administración, sumada a ella la pandemia y los trágicos errores en su manejo, han asentado la necesidad de una profunda redefinición nacional, una refundación.

Solo un detalle: la forzada ausencia del Presidente, cuando el virus le cobró sus agravios, dejó un vacío de poder lleno de confusiones y pleitos por la falta de un marco legal regulador de esa ausencia.

En la necesidad de un nuevo orden constitucional concertado y sobre bases jurídicas y no puntadas, ha coincidido el único militante de MORENA que puede considerarse un real estadista de izquierda, Porfirio Muñoz Ledo.

Cuando se expresaban las primeras inconformidades de gobiernos estatales con la administración federal, en un texto publicado en El Universal, titulado “Llamado a la reflexión política”, advirtió:

“Comienzan a presentarse disfunciones constitucionales y confrontaciones potenciales entre el Ejecutivo de la Unión y otras autoridades públicas del país. Comienza igualmente a enturbiarse el respeto a la jurisdicción y desempeño de los órganos constitucionales autónomos como el INE y el INAI, y de diversas instituciones reguladoras entre ellas el IFT y la Cofece”

Con visión premonitoria anticipó, por ejemplo, la toma de la sede de la CNDH por las mujeres víctimas, que se rebelaron ante la pasividad militante de una presidenta impuesta a contrapelo de la ley. Y en un rango mayor previó la creciente tensión en las relaciones de los estados con la Federación.

Sin expresarlo abiertamente, entre líneas su pensamiento escrito apuntaba a una prevención ante el creciente autoritarismo, con una concentración del poder que incluso llega a la usurpación y tiene como peligrosísimo resultado la nulificación de instituciones que fueron resultado de años de lucha social, en que, contradictoriamente, participó quien hoy las derriba.

Esa visión previsora, que fue compartida por algunos inquietos pensantes de MORENA, llevó a Porfirio al intento de tomar el control de un partido genuflexo, como forma de regresarlo a una actitud reflexiva y crítica ante el poder.

Se lo impidieron y hoy en nombre del combate a los males pretéritos se profundiza, sin matices y sin freno, precisamente el autoritarismo de un pasado que no tiene cabida en el mundo actual.

La destrucción institucional, la anulación del diálogo, la descalificación de las ideas, el desprecio a la ciencia, la exaltación del antagonismo, el freno a la inversión, están cerrando el espacio a la posibilidad de concretar, con mayor justicia social, las enormes potencialidades de desarrollo del país.

Como bien puntualizó Erdmann, se prometió transformación, tenemos destrucción. Y por un personalismo autocrático a ultranza, se desperdicia el momento propicio para una refundación.

Así, con un Poder Judicial amedrentado y sumiso, un Legislativo servil y sin visión de futuro, con partidos que enredados en sus miserias miran a si mismos y no a la sociedad, no podemos esperar más límites al deterioro que un hoy hipotético despertar ciudadano.






OPINION

Fuenteovejuna

Prisas y caprichos siempre llevan por mal camino. Primero fue el Tren Maya y ahora se descarrila Mexicana de Aviación con un pleito multimillonario en USA…

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