Opinión
Jueves 25 de Abril del 2024 09:46 hrs

Futureando


Solo podemos tomar decisiones sobre lo que somos y lo que tenemos, cualquier otra cosa está fuera de la realidad y nos lleva a pérdida de energía, tiempo y dinero

Día dos de diciembre de dos mil veinte; año de pandemia, segundo año de la cuarta transformación, algo no visto en cien años, y nunca antes con todo lo que significa el mundo actual, una buena oportunidad para hacer un ejercicio de imaginación, para imaginarnos el futuro y construir al que queremos llegar.

Imagínese a usted mismo en México en… por decir, 10 años. Está haciendo lo mismo que en este momento, leyendo una publicación. ¿Dónde está? ¿Con quién esta? ¿Cuál es su situación personal? ¿Económica? ¿Sentimental? ¿Qué camino ha seguido su vida? ¿Qué decisiones está tomando el día de hoy que lo van a afectar en 10 años? ¿Qué condiciones le ha puesto la vida? ¿Qué lo ha llevado ahí?.

Comencemos por hacer un recuento de lo que usted es hoy. Comencemos por lo propio, lo inmediato, lo que lo define a usted como persona; su salud, su educación, su personalidad. Veamos qué es lo que usted tiene, con qué cuenta; su patrimonio, su familia, sus amigos, dónde vive, en qué trabaja.

Continuemos con los factores que le afectan que puede controlar y sobre los que puede decidir. Cuando toma una decisión correcta, esta tarda entre 5 y 20 años en dar frutos. Por ejemplo, si usted decide comenzar una carrera profesional, no podrá cosechar los frutos de ella en menos de 10 años; cinco años de estudio y cinco años de experiencia. Si usted decide tener un hijo, este le traerá grandes satisfacciones al nacer, pero los frutos se darán cuando usted lo vea convertirse en un adulto de bien, después de 20 años. Por otro lado, si usted toma una decisión equivocada las consecuencias son inmediatas y el mayor efecto de su decisión se presenta entre los 2 y 5 años de haberla tomado.

Considere los efectos de aquello que no puede controlar; una crisis económica que lo deja sin trabajo o una enfermedad catastrófica que lo incapacita o deja fuertemente endeudado. Lo que usted no puede controlar va a llegar, va a ser difícil y, seguramente, catastrófico. Usted no sabe cuándo va a llegar ni cómo se va a presentar. Pero puede estar seguro de que va a llegar.

Sitúese en el hoy y en el ahora, con un mundo que cambió. Aun no conocemos la profundidad del cambio pero sabemos que nunca volverá a ser lo que fue hasta hace un año.

Solo podemos tomar decisiones sobre lo que somos y lo que tenemos, cualquier otra cosa está fuera de la realidad y nos lleva a pérdida de energía, tiempo y dinero tratando de encaminar algo sobre lo que no tenemos injerencia. Algo que no podemos controlar.

Sin importar las decisiones que tomemos, nada nos garantiza que, en cualquier momento, otro evento desafortunado, otra pandemia, otra crisis económica, alguna guerra o ataque terrorista, puede volver a cambiar el mundo y con ello hacer nuestra decisiones, el camino que hemos tomado, irrelevante o, en un caso extremo, abiertamente equivocado, contrario a lo que debería de ser. Por lo que debemos de mantenernos observantes y flexibles, pendientes de cualquier cambio en los vientos, ajustar el rumbo cuando se necesite, con la seguridad en uno mismo de que corregir es cualidad de grandes personas y no un defecto personal.

Cuando esto sucede podremos culpar a otros del resultado de nuestras decisiones. En el fondo no hay duda que nadie más es responsable de los resultados mas que nosotros mismos. Más allá, culpar al otro no sirve de nada, no soluciona nada, da una falsa sensación de justicia, nubla la visión y evita la acción.

Ahora considere que México es usted, ¿Dónde queremos que esté en 10 años? ¿Qué fortalezas tenemos y dónde necesitamos trabajar? ¿Sobre qué tenemos injerencia y qué condiciones tenemos que aceptar? ¿Qué riesgos corremos y cómo nos preparamos para ellos?

Haciendo un ejercicio de imaginación, seguramente no le dejaría las decisiones de su futuro a otra persona, menos si no demuestra capacidad. No le deje las decisiones del futuro de México a Morena, no es necesario hacer un ejercicio de imaginación, en la realidad han demostrado que no tienen la capacidad.






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