Opinión
Miercoles 17 de Abril del 2024 20:42 hrs

La Cuesta de Enero


El desgaste que se ha acumulado en todos los aspectos de la vida pública y privada de los mexicanos es evidente, en el inicio de año en México la cuesta es más bien acantilado

Enero llegó y se va como se fue el 2020, como seguramente será el 2021. De poco sirvieron las 12 uvas, el brindis y los propósitos del año nuevo; en México la cuesta es más bien acantilado.

El 27 de enero de 2020, justo hace un año, la OMS publicaba su actualización epidemiológica reportando 2,801 casos confirmados y 50 muertes, solamente 39 individuos en 11 países fuera de China, confirmados. En México el primer caso fue confirmado un mes después; el 27 de febrero.

A la vuelta del año tenemos más de 150 mil muertos, casi 650 mil puestos de trabajo formales perdidos[1] - mas otros tantos informales - y una caída en la economía del 9.6% del PIB de acuerdo a la estimación de los analistas.

El desgaste que se ha acumulado en todos los aspectos de la vida pública y privada de los mexicanos es evidente.

En lo privado, las tragedias han invadido a la mayoría de las familias. Somos pocos los que no contamos una historia de un ser querido que se fue en pocos días, contagiado por otro que fue descuidado y a quien nadie le quiere hablar ya.

El ingreso de las familias ha sido mermado de una u otra forma, ya sea por alguno de los miembros que se quedó sin trabajo o a quien le redujeron la jornada. No son pocos los casos en que el sustento familiar sucumbió a la enfermedad dejando desamparados a los que le sobreviven.

Los estudiantes que continúan matriculados se esfuerzan por aprender en medio de deficiencias de contacto personal o conexión. Sus maestros, agotados, hacen lo posible por facilitarles el material y tarjetas pre pagadas para que se puedan conectar en el teléfono compartido donde no es posible ver la lección.

Las empresas, a diez meses de haberse declarado la emergencia, han consumido los fondos con los que contaban. La falta de apoyos fiscales y crediticios les han forzado a apretar a empleados y proveedores que no tienen otra opción mas que aguantar en espera de que un día lo puedan recuperar. La falta de inversión, por no contar con recursos, en nuevos y mejores procesos o, simplemente, en mantener los actuales, son preludio de la dificultad que tomará su recuperación; una vez que la económica comience a operar, que la pandemia vaya cediendo, será como arrancar un motor oxidado.

En la esfera pública el desgaste es aún mayor. El presupuesto de todos los niveles de gobierno se ha visto mermado por la crisis económica producto de la pandemia y del intento de cambio de régimen, modelo económico y balance de poder que se ha impuesto desde la federación. La ocupación de las posiciones radicales por tirios y troyanos aumenta el escepticismo de la sociedad, las expresiones violentas y los movimientos balcanizantes.

En la cuesta de enero del 2021 la máxima romana “panem et circenses”, pan y circo, toma más relevancia que nunca.

El circo es grande, de tres pistas; en la primera tenemos al presidente, que nos dio un descanso de su mañanera, y la farsa replicada por sus promotores y cercanos. En la segunda encontramos al partido oficial; gran espectáculo de lobos que con saltos y maromas, hacen lo posible por no devorarse a si mismos. En la tercera pista encontramos a los partidos de oposición que, como espectáculo de payasos, se van quitando capas y capas, causando risa solo para demostrar que en el fondo es el mismo payaso que fue antes.

En la cuesta de enero el circo es grande y el pan es escaso. Menos circo y más pan, menos campaña electoral y más acción de gobierno, la sociedad lo va a demandar.

[1] Fuente: México, ¿Cómo Vamos? con datos de los trabajadores asegurados en el IMSS, Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Excluye los grupos de seguro facultativo, estudiantes y continuación voluntaria. Determinación de la meta: se estimó que al menos 100 mil empleos nuevos mensuales son necesarios para incorporar a los jóvenes que ingresan a la Población Económicamente Activa (PEA) y para reducir la informalidad como el desempleo.






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