Opinión
Viernes 19 de Abril del 2024 15:20 hrs

Pantalla

Mujeres en Peligro


La mujer en la ventana y La intérprete comparten algunas similitudes y son películas entretenidas que cumplen su cometido: entretenimiento puro con dos mujeres en peligro de muerte

La presencia del peligro es una constante en el cine. Cuando los protagonistas están en riesgo de muerte, empieza la emoción, el suspenso y la acción que nos mantiene alertas, interesados y entretenidos como espectadores, siempre con la zozobra de si el héroe o la heroína serán capaces de salir con bien.

La mujer en la ventana (2021) y La intérprete (2005) son dos películas que vi esta semana en las que dos mujeres jóvenes ven amenazada su integridad física y su salud mental. Ambas esconden pasados traumáticos y viven situaciones en las que deben superar sus miedos y luchar contra enemigos reales e imaginarios.

En La mujer en la ventana, Anna -interpretada por Amy Adams- sufre de agorafobia y permanece encerrada en su departamento por temor a salir a la calle. La Clínica Mayo define la agorafobia como “un tipo de trastorno de ansiedad en el que tienes miedo a los lugares o las situaciones que podrían causarte pánico y hacerte sentir atrapado, indefenso o avergonzado, por lo que evitas este tipo de lugares o situaciones. Le temes a una situación real o anticipada, como usar el transporte público, estar en espacios abiertos o cerrados, hacer una fila o estar en una multitud”.

En los primero cinco minutos de la película presentan a Anna como una psicóloga infantil que tiene diez meses sin salir de su departamento y que es tratada por un psiquiatra que la consulta regularmente a domicilio. Además, nos enteramos que su pasatiempo favorito es “espiar” a sus vecinos de la calle de enfrente: un grupo de oración, un músico y un departamento que estaba vacío y que ha sido comprado por la enigmática familia Russell -esposo, esposa e hijo adolescente-. Anna está enterada hasta cuanto millones pagaron por el departamento.

Uno de los hobbies de Anna para pasar el tiempo es ver películas antiguas y en una toma nos muestran una imagen congelada de James Stwart en La ventana indiscreta (1954), cinta clásica de Alfred Hitchcock en la que parece haber encontrado inspiración el autor de la novela original La mujer en la ventana. En La ventana indiscreta el “mirón” es un fotógrafo profesional que se fractura una pierna y se ve obligado a permanecer en su departamento. Esta es, sin duda, una de las mejores películas de Hitchcok que mantiene su vigencia a pesar del paso del tiempo. Si algún día tienen oportunidad de verla, se las recomiendo.

Pero esa es solo la inspiración, pues la historia de La mujer en la ventana toma otros caminos que incluyen trastornos mentales, crímenes y tragedias familiares. No puedo contar mucho, pues les echaría a perder la película si es que deciden verla. No es la gran producción, incluso por las locaciones limitadas y los pocos actores que participan, pensé que podría tratarse de una película hecha durante la pandemia, pero no, leí que el rodaje fue terminado a finales de 2019 y que pospusieron su estreno en salas por asuntos técnicos. Luego con la pandemia se les complicó más, por lo que los productores se vieron en la necesidad de venderla a Netflix y solo pasarla en streaming.

En cuanto al reparto, la cinta está totalmente centrada en Amy Adams que interpreta a Anne. Es el personaje omnipresente a lo largo de la película, con participaciones pequeñas de reconocidos actores como Julianne Moore y Gary Oldman. Está dirigida por el inglés Joe Wright que cuenta en su filmografía películas como Las horas más oscuras (2017), Orgullo y prejuicio (2005) y Ana Karenina (2012), entre otras.

La segunda mujer en peligro de esta semana la encontré en Nicole Kidman en el papel de Silvia Broome de la película La intérprete del año 2005 y que recién añadió Netflix a su catálogo. Es la historia de una joven blanca con raíces en la ficticia república africana de Matobo y que trabaja en la sede de la ONU en Nueva York. Una noche al regresar a la cabina desde donde realiza su trabajo por haber olvidado un bolso, escucha voces murmurando en el idioma Ku (también inventado) que provienen de la gran sala de sesiones  de la Asamblea General. Sin ver en la penumbra, alcanza a escuchar que “alguien” pretende atentar contra la vida del líder político de Matobo.

Obviamente las autoridades no le creen a Silvia, pero si inician una investigación que encabeza Tobin Keller interpretado por el actor Sean Penn, oficial del área de protección a políticos. Conforme la historia avanza y el peligro acecha a la protagonista, empieza a tomar credibilidad la sospecha de la intérprete.

Vista a la distancia de más de 15 años, La intérprete podría verse como una película políticamente incorrecta por tener una mujer blanca representante de una turbulenta e imaginaria nación africana donde el 99.9999% de la población es de raza negra, pero desde el punto de vista cinematográfico y de entretenimiento, es una buena película que deja ver la excelencia en el oficio de su director Sydney Pollack, quien tiene en su filmografía uno de los mejores thrillers políticos que haya visto, me refiero a Tres días del cóndor, producida en 1975 y estelarizada por Robert Redford.

La intérprete fue realizada más cerca de la técnica cinematográfica que la digital que ya iniciaba con fuerza en aquel 2005. Se puede apreciar un excelente trabajo de dirección con tomas muy precisas para conseguir secuencias y escenas muy bien logradas. Además, tiene la verosimilitud de haber sido la primera película en filmarse dentro de las instalaciones de la sede de la ONU.

Así, La mujer en la ventana y La intérprete comparten algunas similitudes y son películas entretenidas que cumplen su cometido: entretenimiento puro con dos mujeres en peligro de muerte.

 






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