Opinión
Martes 19 de Marzo del 2024 00:00 hrs

Pantalla

Sumergido en las aguas turbulentas del Internet


Las plataformas disponibles, y los algoritmos de búsqueda multiplican las opciones disponibles, pero a veces es preferible seguir el impulso y sin pensarla tanto sentarse a disfrutar del cine

Seguramente les ha pasado que están con el control remoto de la tele en la mano, o jugueteando con el celular, tablet o laptop buscando en las diferentes plataformas de streaming alguna película o serie para ver. Después de varios o muchos minutos se dan cuenta que no encuentran nada y terminan viendo cualquier cosa o apagando el dispositivo.

De acuerdo a los especialistas, este fenómeno es más común de lo que pensamos y todas las plataformas y redes sociales están tratando de engancharnos en su contenido y en su publicidad. Es una lucha que de antemano tenemos perdida, creemos que somos muy inteligentes y que nosotros escogemos el contenido pero realmente las redes, los medios y los contenidos nos seleccionan a nosotros.

He sido un cinéfilo prácticamente toda mi vida y paradójicamente, a pesar de tantas películas y series disponibles, creo que actualmente veo menos cine del que veía hace cinco o diez años atrás. Antes acostumbraba a ver cuanto estreno había en salas y además buscaba películas en todos los medios disponibles, desde DVDs hasta cualquier otro medio televisivo o de Internet.

Hoy tengo más de un año de no ver una película en una sala de cine, pero con la enorme cantidad de películas disponibles usando el Internet no he extrañado no haber pisado una sala oscura con su enorme pantalla y sonido envolvente. Con mi pantalla casera y un home theater, o incluso con el iPad o el Iphone me he mantenido actualizado y disfrutando el cine que me interesa ver.

Debo decir que algunas ocasiones veo películas o series solo por entretenerme, otras veces las veo porque me interesa el tema, pero también lo hago para estudiar cómo están realizadas o porque me interesa algún detalle en particular como la cinematografía, los efectos especiales, la historia, la dirección o la actuación. Dependo del estado de ánimo, de la familia y de mi gusto por estudiar y analizar a detalle las películas y series de ficción y documentales, que luego complemento con lecturas para profundizar sobre algún aspecto en particular. Realmente leo y veo mucho material adicional a la película misma. Muchas veces disfruto más una buena entrevista con el director o el escritor que la película misma.

Cuando inician las grandes campañas de marketing de las diferentes producciones, particularmente norteamericanas, para participar en festivales y premiaciones, nos vemos inundados por una gran cantidad de información cinematográfica. En mi caso, mis búsquedas de Google están muy orientadas al cine y sus creadores, por lo que mi algoritmo de búsqueda me arroja cada vez más y más sugerencias relacionadas con películas, series y cine en general, y como uso Google en español, inglés y francés, pues las opciones se me multiplican. Ya hasta estoy tentado a cambiar de cuenta de Google y limpiar mi algoritmo para ser menos invadido por el marketing del cine y el entretenimiento.

Estas últimas semanas el cine norteamericano se ha lanzado con todas sus armas para posicionar en los premios y festivales a sus películas y series. Ya pasaron los Globos de Oro y ahora sigue el Oscar. Algunas obtuvieron sus nominaciones pero ahora falta otra agresiva campaña de cabildeo para tratar de llevarse las estatuillas en las diferentes categorías. Y cómo el 2020 fue un año atípico, las producciones también lo fueron porque muchas películas y series fueron terminadas o iniciadas en plena pandemia en condiciones difíciles y prácticamente toda la producción del año encontró o está encontrando su distribución a través de las diferentes plataformas de streaming y muy poco en salas de cine.

En mi caso, he hecho un esfuerzo por  ver algunas películas nominadas o ya premiadas, pero la verdad he empezado varias y no las he terminado de ver porque no me atraparon, no me interesaron lo suficiente para terminar de verlas.

De las nominadas al Oscar a mejor película solo he visto completas Mank y El juicio de los siete de Chicago. Hice la reseña de Mank hace algunas semanas aquí en Infonor porque me pareció que tenía cierta relevancia dentro de la historia del cine y filmada en blanco y negro con una estética peculiar imitando sin imitar las producciones de aquellos años del glamour hollywoodense.

Sin embargo, vi El juicio de los siete de Chicago hace varios meses y no creí conveniente escribir sobre ella porque no me pareció una película que pudiera interesar al público lector. Tal vez me equivoqué porque tiene seis nominaciones al Oscar en las categorías de mejor película, guion original, cinematografía, edición, actor de reparto y canción original. Es sin duda una película compleja y bien realizada sobre la historia de siete hombres que fueron acusados de conspiración luego de las protestas y revueltas durante la convención de 1968 del partido Demócrata en Estados Unidos. Es una película revisionista de una etapa de la historia de ese país sobre asuntos políticos, de racismo y derechos civiles, temas que gustan mucho a la Academia de Cine norteamericana.

De las nominadas, hice el intento de ver El sonido del metal, ampliamente alabada. Yo no pude pasar del minuto 15 y la historia no parecía arrancar con personajes no muy agradables (al menos para mi). Resultó sorpresivo que obtuviera cinco nominaciones en las categorías de mejor película, mejor actor, mejor actor de reparto, mejor sonido, mejor guion original y mejor edición con una historia de un baterista de heavy metal que se empieza a quedar sordo.

Del resto de las nominadas a mejor película, dudo que me anime a ver alguno de ellas pues en definitiva no me atrae ni la historia ni la forma en que están realizadas, o al menos es lo que percibo en los trailers y extractos que he visto, además de algunas entrevistas con sus directores y actores. Estas cinco son: El padre, Judas y el Mesías Negro, Minari, Nomadland y Hermosa venganza. Tal vez en otras circunstancias si las hubiera visto, pero no en estos tiempos de pandemia.

De las nominadas al Oscar como mejor documental solo he visto dos, El agente topo, una película chilena sobre un “detective amateur” de 83 años que contratan para introducirlo a un asilo de ancianos y reportar el trato que se les da a los asilados y las condiciones en que viven. Sin duda una película documental compleja en su realización y con tratamiento de ficción al estilo de cine negro que resulta muy conmovedora, pero creo que se requiere estado de ánimo positivo para verla y empatizar con los abuelitos protagonistas. También empecé a ver Mi maestro el pulpo pero no pude pasar de los primeros 15 minutos. Se percibe interesante y reflexiva, pero sólo soporté ese tiempo.

Y es que tal vez como escribí al inicio de este artículo, he estado demasiado tiempo con el control remoto de la tele buscando en los interminables menús entre cientos de películas disponibles. A veces hay que tomar una decisión rápida y tomar al vuelo la película o serie que más nos lata y disfrutarla, así sin pensarlo mucho para no quedar sumergido en las aguas turbulentas del Internet ahogados en nuestros propios algoritmos.






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Fuenteovejuna

En los extremos, uno confeso derechista el otro fingiendo izquierda, populistas ambos, los mismos métodos. Trump algo peor: Amenaza incendiar USA si no es él…

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