Tercera Llamada, el Segundo Acto va a Comenzar

Ante la nueva puesta en escena, con Rosario Robles como primera voz, quedará en la audiencia --los electores-- conformarse con pan y circo, o convertirse en protagonistas para construir libertad, equidad y progreso

El segundo acto de la obra maestra de López Obrador está por comenzar; la protagonista aceptó, por fin, tomar el papel principal, justo cuando al protagonista anterior se le acaba la voz, y ya no podía cantar más.

Después de 15 meses en cautiverio, Rosario Robles, se rompió y decidió desmentirse de aquélla frase que dió al final del sexenio pasado, en la cumbre de su carrera, durante una entrevista para el diario Milenio, mientras confesaba que no le interesaba el dinero pero sí el poder, cuando le preguntaron quién era más honesto ella o Peña Nieto “somos igual de honestos” contestó.

Los tiempos del presidente, convertido en director teatral, no podrían ser mejores; a unos cuantos días de cumplir el segundo aniversario de una administración catastrófica, en el momento en que se van tomando posiciones, se cambia de voz principal. La voz de Rosario ha sido cultivada, se apuesta a que tenga canto como el de las sirenas; que se escuche por encima de los demás y que hipnotice a la audiencia.

El repertorio es el mismo; la corrupción del pasado, los vicios del pasado, destruir el pasado, enterrar al pasado, a los conservadores, a los neoliberales.

Con la nueva protagonista también se cierran los reflectores; ahora iluminan con luz directa al ex presidente Peña Nieto y a toda su administración. En este acto la iluminación se desvía del antagonismo calderonista; se le quita la atención, se le deja lamiéndose las heridas de la derrota orquestada por el TEPJF. La audiencia sabe que sigue vivio y que planea su regreso.

Por lo pronto, la prioriodad del presidente es construir el drama, hay que desarollar la trama en preparación para el tercer acto del que solo podemos especular.

Si la protagonista no canta como el presidente espera, sin cautivar a la audiencia, el tercer acto se puede precipitar; Peña Nieto entrará a escena junto con el séquito que lo vistió. El que pise o no la cárcel no es tema de esta obra; bien puede haber un acuerdo que lo evite, con solo exponerlo se remueven sentimientos que buscan quién la va a pagar.

Si la protagonista del segundo acto canta con el poder deseado, seguramente no será necesario exponer a Peña Nieto, el presidente estirará este acto hasta junio del 2021, preparando el climax y, en un vuelco de eventos, el destino de México estará sellado hacia el final del drama que se nos ha presentado.

Hay dos finales posibles en el drama del obradorismo; ninguno es feliz, en ambos muchos mueren y la devastación es mayor, solo uno encumbra al director.

Si el presidente cautiva de nuevo a la audiencia, y logra los aplausos de la mayoria en las urnas, la fantasía seguirá. Seguiremos vivendo en otro mundo, donde los guiones no concuerdan con la realidad. Donde menos pan y más circo del emperador y los patricios será la norma en el camino hacia un país menos libre y más pobre y clientelar.

Si sucede lo contrario, si la audiencia no es cautivada, en espera de más resultados y menos teatro, y no le aplaude al director en las urnas, el último acto se va a alargar; el presidente con menos control del escenario y sin nuevas voces que presentar, hará cualquier cantidad de trucos intentando recuperar.

Este final nos da esperanza si la audiciencia se sotiene, si toma el escenario, dejando protagonismos y estrellatos atrás, si reconstruye la compañía todos actuando una misma obra de libertad, equidad y progreso.

La sociedad mexicana es la audiencia que tendrá que enfrentar estos retos, unidos al unisono por lo que es escencial; estado de derecho, seguridad, eliminación de la violencia, inclusión, educación, salud y una económia libre y vibrante donde la iniciativa privad, la iniciativa de cada uno de los ciudadanos, de toda la audiencia, pueda florecer y dar frutos en beneficio de toda la sociedad. Por su puesto combatiendo la corrupción, en las calles y oficinas de gobierno no en el escenario teatral.