Advierten especialistas tendencia a la depresión invernal

La llegada del invierno predispone a algunas personas a este trastorno mental.

Saltillo, Coah.- Como cada año en esta temporada, los especialistas en salud mental advierten de la llamada depresión invernal, trastorno que afecta a muchas personas al acercarse el último mes del año, las fiestas decembrinas y con ellas los recuerdos de lo que queda atrás y genera tristeza, desolación, melancolía y, en los casos más graves, depresión.

Psicólogos locales han recomendado hacer presencia permanente con quienes entren en esta condición de vulnerabilidad psicosocial, estar atentos a las señales de desinterés, cambios de humor, de hábitos y, ante ello, solicitar ayuda en caso de no salir de esta afectación mental.

Yoshua Espinoza Palacios, médico investigador, ingeniero en biotecnología y experto en educación para la salud, explica de manera detallada esta condición que afecta a miles de mexicanos en estas fechas.

¿Qué es el Trastorno Afectivo Estacional?

Muchas personas se sienten "decaídas" durante el otoño e invierno (que también se conoce como “tristeza invernal”), y se sienten mejor en la primavera; sin embargo, hay ocasiones que estos cambios de humor son más graves y pueden afectar la forma en que una persona se siente, piensa y se comporta.

Estas afecciones más graves se relacionan con el trastorno afectivo estacional (TAE), es un tipo de depresión que se caracteriza por un patrón estacional recurrente, con síntomas que duran entre 4 y 5 meses al año.

Aunque los síntomas pueden ser similares a los de la depresión, no todas las personas experimentan las mismas afectaciones. Por ello, es fundamental buscar la evaluación de un profesional de la salud. 

Algunos de los síntomas que podrían manifestarse durante el TAE son:

• Dormir demasiado (hipersomnia).
• Comer en exceso, especialmente tener antojos de carbohidratos, lo que origina un aumento de peso.
• Retraerse socialmente (sentimiento de “querer hibernar”).
• Ánimo bajo persistente (tristeza, ansiedad o “vacío”) la mayor parte del día, por 2 semanas o más.
• Desesperanza o pesimismo.
• Irritabilidad, frustración o inquietud.
• Culpa, sensación de inutilidad o impotencia.
• Pérdida de interés o placer en actividades habituales.
• Baja energía, fatiga o sensación de lentitud.
• Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
• Cambios en sueño, apetito o peso sin causa clara.
• Molestias físicas persistentes (dolores de cabeza, calambres, malestar digestivo) sin explicación médica.
• Pensamientos de muerte o suicidio.

Si bien aún no se ha definido una causa puntual que ocasione o desencadene la depresión invernal, los estudios indican que las personas con trastorno afectivo estacional tienen niveles bajos de serotonina, una sustancia química en el cerebro que ayuda a regular el estado de ánimo.

En este sentido, tener una menor exposición a la luz solar en invierno puede alterar sistemas que regulan el estado de ánimo. La luz del sol ayuda a mantener niveles adecuados de serotonina; cuando falta, también suele disminuir la vitamina D que el cuerpo produce al exponerse a la luz y que favorece la actividad de la serotonina. Además, en algunas personas con TAE se observa una producción elevada de melatonina, hormona que organiza el ciclo de sueño y vigilia; ese aumento incrementa la somnolencia y favorece dormir en exceso, lo que contribuye a mantener el malestar.1

Ante este panorama es necesario acudir con un profesional de salud lo antes posible es la base de las acciones para tratar el trastorno afectivo estacional, quien podrá evaluar la necesidad de tratamientos específicos, sus beneficios y posibles riesgos, ajustando el mejor plan para cada paciente.