A Quemarropa

Volar es Imposible

La alternancia entre el PRI y el PAN, y la llegada de Morena, no cambiaron la realidad en el país, estos resultados nos dicen que el problema fundamental de México se encuentra en su sistema de partidos

Salir de la caja es sumamente triste.

Descubrir la realidad es casi imposible, pues nuestra razón se acomoda a nuestros intereses y se ve sólo lo que se quiere ver, se escucha lo que gusta al oído, se presta atención sólo a lo que coincide con mi forma de pensar y se descarta en automático y en bloque todo aquello que no coincide.

Así pues somos incapaces de descubrir que ni todo es perfecto ni todo es una catástrofe, porque nuestra capacidad de análisis se desdibuja y se vuelve inoperante al desgajar el todo para analizar las partes, encontrar verdades y separarlas de las mentiras, tomar lo bueno y desechar lo malo.

Simplemente echamos la aplanadora y nos quedamos con nuestras verdades, con nuestro punto de vista, con nuestros argumentos.

Tenemos dos ejemplos muy claros:

Por un lado, quienes votaron por AMLO continúan en su defensa a ultranza, porque ningún ser humano en el mundo, salvo los sabios, pueden aceptar que se equivocaron y por otro lado quienes creen que algún partido de oposición será capaz de rescatar a México.

Desgranemos los hechos para tratar de encontrar la realidad:

1.- Los mexicanos, cansados de una alternancia PRI y PAN, que dieron los mismos resultados, vieron una alternativa en AMLO a través de Morena.

2.- AMLO y Morena resultaron iguales que los dos partidos anteriores: corrupción, nepotismo, ineficiencia, empresas fantasmas, manejo electorero de los recursos públicos, manipulación, engaño y un largo etcétera.

Los resultados nos dicen que el problema fundamental de México se encuentra en su sistema de partidos.

La realidad es que el sistema político partidista nos muestra lo siguiente:

I. Los partidos no representan a los ciudadanos, simple y sencillamente compran el voto.

II. Atrapados en la ratonera, los ciudadanos venden el voto al mejor postor, aun cuando no sea por dinero.

III. Los partidos al llegar al poder, enfocan los programas gubernamentales y los recursos públicos a la creación y mantenimiento de estructuras electorales, generando en quienes las conforman una modificación de la realidad a través de la obtención de beneficios personales.

IV. Las estructuras electorales están conformadas por empresarios de todos los niveles, profesionistas de todas las ramas, académicos, periodistas, empleados, abuelos, padres, hijos, estudiantes, ninis y todo aquel que está dispuesto a emitir su voto con la esperanza de obtener un beneficio personal, es decir, venderlo o comerciarlo.

V. Todos los partidos buscan lo mismo: el poder. Éste les otorga, a través del gobierno emanado del partido, el manejo presupuestal, el control y manipulación de los grandes contratos y con ello el enriquecimiento personal y grupal.

VI. Los gobiernos, sea cual sea el partido del que surgieron, sólo buscan ganar la próxima elección y no tienen como prioridad el bien común, el progreso y desarrollo.

Votar por “el menos peor”, no es la respuesta óptima, pero es lo único que se puede hacer ante una pasmosa pasividad ciudadana, que se encuentra sujeta a los grilletes de la “estructura electoral mental” a que estamos sometidos y nos mantiene en la creciente espiral de degeneración que como país sufrimos y, por lo visto, seguiremos sufriendo.

Intentar salir de la caja es un suicidio, es una locura.

A quienes deseen ver lo que hay afuera de la caja, los invito a leer “La Rebelión Ciudadana” que encuentra en la pestaña de propuestas en www.sociedadcivilorganizada.com y a escuchar la canción de Alberto Cortez llamada Castillos en el Aire, con la que espero me puedan despedir el día de mi muerte.

Como siempre, agradezco sus comentarios en rolivaresg@hotmail.com