Opinión
Martes 27 de Mayo del 2025 13:54 hrs

Pantalla

El último vagón, frescura en el cine mexicano


... Una película que retrata acertadamente la sencillez propia de los niños que viven su infancia en un ambiente rural con pocas comodidades y carencias, mientras los adultos enfrentan una vida difícil con pocas oportunidades de salir adelante

La película El último vagón (2023) recién estrenada en Netflix trata sobre todo de la amistad que surge de manera natural entre un grupo de niños del México rural de fines del siglo pasado, y el cariño y la empatía que tienen hacia su maestra que imparte las clases con gran vocación en un viejo vagón de tren, quien de manera recíproca comparte esa amistad con sus alumnos.

Aunque la cinta empieza con una despedida del pequeño Ikal abandonando el pueblo donde vivió unos cuantos meses e hizo grandes amigos, la historia inicia cuando Ikal llega a ese pueblo rural en compañía de sus padres. El papá trabaja en la construcción de vías de ferrocarril y se la pasan viajando en tren de pueblo en pueblo conforme avanzan los trabajos de reparación y construcción de vías. Esa forma de vida itinerante ha impedido que Ikal asista a una escuela, por lo que no sabe leer ni escribir.

Sin embargo, a su llegada al pueblo Ikal conoce a los niños Chico (el más grande edad), Tuerto y Valeria, quienes asisten a la escuela primaria “acondicionada” en un vagón donde la maestra Georgina imparte clases a niños de diferentes edades y niveles escolares. 

Lo primero que hacen los tres niños -Chico, Tuerto y Valeria- es ponerle una prueba a Ikal para poder aceptarlo en su pequeña banda, para lo que eligen llevarlo a una especie de laguna donde hay un hombre aparentemente muerto e Ikal tiene que comprobarlo. Para sorpresa de todos, el hombre sí está muerto y salen corriendo despavoridos cuando lo constatan, pero en ese terrorífico descubrimiento, aparte de pasar la prueba, Ikal encuentra y rescata a un perro callejero -aparentemente era el acompañante del vagabundo fallecido- al que llama Quetzal. 

Este acontecimiento lleva a Ikal a conocer a la maestra Georgina, quien se da cuenta de que el niño no ha asistido a la escuela en mucho tiempo y prácticamente no sabe leer. Después de hablar con los papás, Ikal se incorpora a la escuela junto a sus nuevos amigos Chico, Tuerto y Valeria, aunque sabe que no durará mucho tiempo porque su papá terminará el trabajo en ese pueblo y seguirán el rumbo del ferrocarril en construcción. La maestra Georgina, mujer viuda, ve en Ikal la esperanza de un niño deseoso de aprender, identificando en él a su hijo perdido en un accidente automovilístico.

El último vagón es una película que retrata acertadamente la sencillez propia de los niños que viven su infancia en un ambiente rural con pocas comodidades y carencias, mientras los adultos enfrentan una vida difícil con pocas oportunidades de salir adelante. Es el México de hace 50 años o más en el campo sin siquiera televisión ni cine. El gran momento de diversión para el pueblo, y en particular para los niños, es la llegada de un circo de aquellos que andaban “puebleando” por todo el país en el siglo pasado, y la gran atracción para Ikal y sus amigos es el espectáculo de magia que se presenta como el momento estelar circense.

La actuación de los niños está bastante bien y para algunos de ellos fue su primera incursión en la actuación, mientras que la maestra Georgina está interpretada por la reconocida y multipremiada actriz Adriana Barraza, quien acaba de celebrar 50 años de trayectoria como actriz, además de su experiencia como maestra, pues tiene en la Ciudad de México una escuela de actuación.

Destaca también el diseño de producción que logra recrear ese ambiente rural con la presencia del mundo del ferrocarril de antaño apoyado por un vestuario de la época y captado por la espléndida fotografía de Juan Pablo Ramírez. El guión está escrito por el experimentado guionista Javier Peñalosa, basado en la novela El último vagón de Ángeles Doñate.

Un gran equipo actoral, artístico y técnico coordinado con gran sensibilidad por el director Ernesto Contreras, quien ha mostrado su talento en películas muy emotivas como Cosas imposibles (2021) y Sueño en otro idioma (2017), excelentes cintas que también hablan sobre la amistad y están disponibles en Prime Video de Amazon. Ambas muy recomendables.

Desde su estreno en Netflix hace unos cuantos días, El último vagón se ha colocado entre las favoritas del público en México y también en otros países. La película es como un aliento de frescura y esperanza en el cine mexicano, con una temática que se aborda en pocas ocasiones.

La historia tiene un interesante giro argumental con un gran salto en el tiempo, pero prefiero no adelantar más sobre la trama de El último vagón para no echarles a perder la película, si es que deciden verla. Vale la pena darle una oportunidad a esta cinta entre las tantas -demasiadas- opciones que ofrece Netflix.






OPINION

Fuenteovejuna

¿Si los políticos, por qué no nosotros? La semana que culminará con el asesinato del Poder Judicial comenzó con agentes de la GN en pleno huachicoleo…

www.infonor.com.mx