Pantalla
Una película y una serie mexicanas en Netflix
Aunque no son las grandes producciones con super historias, sí que son útiles para dar vida a la industria del cine y la televisión para seguir produciendo con regularidad productos audiovisuales con temáticas que retratan de alguna manera a nuestra sociedad
La película Los trapos sucios se lavan en casa y la serie Dale Gas, son dos producciones mexicanas recientes que llegaron al catálogo de Netflix.La comedia está muy presente en el cine mexicano, y por eso no extraña que sean las películas de ese género las más taquilleras. Los trapos sucios se lavan en casa es una comedia que se estrenó con poco éxito en salas de cine el año pasado y ha pasado un poco desapercibida en la plataforma de streaming, pero resulta entretenida con apenas 80 minutos de duración.
La película narra dos historias paralelas que se desarrollan en un mismo lugar. Por un lado, una familia de clase socioeconómica acomodada de la Ciudad de México, y por otra parte, dos empleadas domésticas -Lupita y Toñita- que son las que mantienen en operación la casa de la familia integrada por papá, mamá, unas gemelas adolescentes y un niño de ocho o nueve años. Todo marcha bien hasta el momento en que las empleadas le piden a la señora de la casa que les pague el dinero que les adeudan, a una se le deben tres quincenas y a la otra cuatro.
La señora, que vive en un mundo de fantasía, no toma en serio el reclamo y mucho menos en un momento que están por viajar a Las Vegas a pasar el puente de las fiestas patrias. El señor de la casa, también distraído por el viaje y por el hecho de que lo destaparon como candidato de candidatos para un importante cargo público, también ignora las peticiones que con todo derecho hacen las empleadas.
Justo cuando están por salir de viaje a Las Vegas, las empleadas deciden cobrarse a su manera impidiendo que los miembros de la familia salgan de casa, y es allí donde la historia da un giro inesperado con situaciones disparatadas de farsa y comedia invirtiendo los roles de patrones y empleadas para llegar a un final conveniente para casi todas las partes.
Los trapos sucios se lavan en casa es una comedia con crítica social bien llevada que podría caer en territorios de la farsa, y es un remake de la exitosa película panameña Chance: Los trapos sucios se lavan en casa realizada en 2009 por Abner Benaim, quien también coescribió la historia partiendo de hechos reales sucedidos en Brasil. La versión mexicana está bien lograda y la original Chance tuvo mucho éxito en Panamá, país que prácticamente no tiene industria de cine.
Pasando a Dale Gas, se trata de una serie mexicana de diez capítulos recién estrenada en Netflix que tiene como protagonistas a dos jóvenes apasionados de los autos y las carreras callejeras. El primer capítulo titulado Gasolina en la sangre inicia en Monterrey donde viven Kike, el mecánico, y Noche, el piloto, donde participan en un accidente fatal durante una competencia y el afectado es el hijo de un poderoso empresario.
Como consecuencia del accidente mortal, Kike y Noche tienen que huir. Viajan a la Ciudad de México ayudados por la abuela de Noche, donde son recibidos por Abel, tío de Noche, un delincuente redimido por obra y gracia de Jesucristo que vive en el Barrio Torque, un lugar plagado de talleres automotrices donde se comercian partes y piezas robadas, un barrio controlado por Carcar, líder del clan enemigo acérrimo de la familia Guerrero, a la que pertenece Noche.
A partir del capítulo dos con el título de Barrio Torque es donde inicia la verdadera historia de la serie Dale Gas en ese barrio donde se empiezan a integrar los dos protagonistas, un mundo sórdido de trabajo y hampa donde deben aprender a sobrevivir a medida que van descubriendo asuntos de su pasado como parte de la familia Guerrero. A la vez se empiezan a manejar varias subtramas como la de la abuela obsesionada por el juego, Noche obsesionado por las carreras y cómo conoce a Abigail, la hija de Carcar, con quien inicia una relación, a la vez que se mantiene la trama de que son buscados por el empresario regiomontano que quiere hacer justicia por su propia mano.
Como ya ha sido mencionado, la serie tiene estilo de Rápido y furioso, sobre todo con la primera película de la franquicia realizada en 2009, pero está muy tropicalizada al estilo chilango-mexicano, y la adrenalina de las carreras callejeras a toda velocidad está presente en cada capítulo. Se aprecia un buen trabajo a nivel de efectos especiales, uso de dobles en las carreras, algo no muy frecuente en el cine mexicano, sobre todo por los altos costos de producción, pero como en Dale Gas la velocidad y los autos de carreras son parte fundamental de la historia, se le imprimió veracidad a ese tipo de escenas.
La serie -debo aceptar que solo he visto cinco de los diez capítulos- es un tanto dispareja, no sé si es como resultado de que hay varios guionistas, directores y encargados de la fotografía. La historia fluye pero lo hace atropelladamente por lo que tiene muchas altas y bajas con momentos por demás aburridos o muy predecibles, pareciera una serie pero con estilo de telenovela. Las actuaciones centrales recaen sobre Andrés Delgado como Kike y Benny Emmanuel como Noche, que tienen como copotagonistas Renata Vaca como Abigail a Silverio Palacios como Carcar, Gerardo Taracena como Abel y Silvia Pasquel como a abuela Amparo. Cumplen todos con sus roles.
Considero que la importancia de series como Dale Gas o la película Los trapos sucios se lavan en casa, que aunque no son las grandes producciones con super historias, sí que son útiles para dar vida a la industria del cine y la televisión mexicanas para seguir produciendo con regularidad productos audiovisuales con temáticas mexicanas que retratan de alguna manera a nuestra sociedad. Bienvenidas estas producciones nacionales al streaming.