Opinión
Jueves 28 de Marzo del 2024 13:22 hrs

Pantalla

15 minutos con Stephen King


Un relato "muy personal" sobre el amor y el matrimonio, con situaciones de conflicto, terror y amor es la miniserie La historia de Lisey, de Stephen King

Solo pude ver los primeros 15 minutos del primer capítulo de la miniserie La historia de Lisey (2021) porque las películas de terror me dan miedo, pero más que eso, en la mayoría de los casos, me incomodan. No me siento a gusto cuando hay perversidad en los protagonistas y sobre todo en la mente del autor que en este caso es Stephen King, quien dice que se trata de “un relato muy personal sobre el amor y el matrimonio, sobre explorar los impulsos creativos”.

Como el título de la miniserie lo dice, se nos cuenta la historia de Lisey, interpretada por Julianne Moore, quien a dos años de asesinato de su esposo, el afamado escritor Scott Landon, interpretado por Clive Owen, aún no puede superar el traumático episodio. En esos primeros 15 minutos se plantean las situaciones de conflicto, terror y amor que afligen a los personajes. Lisey está en la demencia casi absoluta, pues navega entre la realidad actual y el pasado junto a su esposo hasta el momento de su asesinato, un hecho que nos develan desde el inicio.

Nos enteramos de que ese sufrimiento no es el único de Lisey, pues debe enfrentar a un acosador que busca se le entregue el material no publicado del autor; a la vez que dentro de su demencia fuera de sí misma, Lisey debe también lidiar con los problemas mentales de sus hermanas. Como podrán percatarse, Lisey no tiene la vida fácil, y creo que el espectador tampoco la tiene a medida. Como comenté al inicio, es demasiado terror, locura, acoso, miedo y sensación de intranquilidad en los primeros 15 minutos de la serie, que mejor tomé la decisión de no continuar viéndola.

Con lo poco que vi, en definitiva creo que es una miniserie que gustará a los seguidores del escritor norteamericano Stephen King, pues está basada en una de sus novelas, y tiene como ingrediente adicional a su favor de que el guión está escrito por el mismo King, quien sin duda conoce perfectamente a los personajes que él mismo creó en su publicación de 2006.

Estoy seguro que los fans de Stephen King gozarán justo de ese tipo de personajes como el de Lisey que entre la locura y la cordura los mantendrá con el corazón en la mano y aterrados. A mi, como lo señalé, me incomodó el personaje de Lisey a grado tal que ya no quise continuar.

En esos 15 minutos de la miniserie La historia de Lisey que consta de ocho capítulos y está disponible en Apple TV+, se puede apreciar un buen reparto, algunos en el borde de la sobreactuación que requieren los personajes con problemas mentales. Destaca el diseño de producción con escenarios que si bien son reales oscilan entre lo fantástico, lo imaginario y la realidad misma. Ese diseño está espléndidamente soportado por un look alcanzado por la lente del  excelente director de fotografía Darius Khondji, a quien le debemos trabajos como La intérprete, película que comenté en este espacio la semana pasada.

La realización de todos los capítulos está a cargo del chileno Pablo Larraín que trabaja a nivel internacional y es conocido por películas como Tony Manero, No, Neruda y Jackie.

A manera anecdótica sobre el particular sentido del humor de Stephen King que da una idea de como sabe perfectamente la manera de asustar al lector y al espectador, Larraín cuenta que el escritor lo invitó a quedarse en su casa en el estado de Maine, Estados Unidos, y le dijo: “Eres el único invitado, pero eso no significa que estés solo” y se fue. "Apenas dormí y a la mañana siguiente, entró con huevos y se burló de mí", dice Larraín. King sabía que le había hecho temer a nada.

Tal vez esa sea la clave de La historia de Lisey, hacer creer al espectador qué hay algo a qué tenerle miedo, cuando en realidad no hay nada. Es justo ese un recurso muy utilizado en el cine de terror y suspenso que funciona bastante bien.






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Fuenteovejuna

El Tren Maya se descarriló igual que el gobierno. Siempre víctima, aduce sabotaje y, claro, encubre la tranza del balastro vendido por los socios de sus hijos…

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