Coincidencia y Especulación
Asegurar que Ernestina Godoy será Fiscal, y con ello se regresa la institución a la época de la Procuraduría como órgano del Ejecutivo, profundizando la farsa de su independencia y que servirá a algo más que a la presidencia es más que una especulación, una realidad no realizada.
En los menesteres nacionales: política, economía, sociedad, las coincidencias no existen. Asumir inocentemente que los eventos no tienen relación, causa o consecuencia es tanto como creer en la generación espontánea.
No existe caso en el que algo de conocimiento de las pasiones, ambiciones y mezquindad de quienes detentan poder político, económico o social no podamos identificar la mano de quienes están detrás.
Para un observador con algo de entrenamiento, la especulación es solo la aceptación de que no hay forma de probar aquello de lo no hay duda. Independientemente de que los resultados no sean los que se buscaban.
Asegurar que Ernestina Godoy será Fiscal, y con ello se regresa la institución a la época de la Procuraduría como órgano del Ejecutivo, profundizando la farsa de su independencia y que servirá a algo más que a la presidencia es más que una especulación, una realidad no realizada.
La evidencia nos confirma, sin temor a especular, que la salida de Gertz Manero es consecuencia de la súbita exposición criminal de Raúl Rocha y el sainete desatado tras el triunfo de Fátima Bosch como Miss Universo. Trama que lo llevó, en pocos días, de ser un exitoso empresario, que entregaba sin recogimiento entrevistas públicas en los medios nacionales, a personaje deleznable con amplio expediente criminal, acogido intempestivamente al criterio de oportunidad con la misma fiscalía de Gertz.
Sería inocente pensar que el, ahora, exfiscal tuvo cercanía con la Presidenta y contó con su aprecio. Que el cortés reconocimiento que le ofrece con una embajada en un país amigo es algo menos que un exilio y que ambos, Gertz y Rocha, se entrelazan en oscuros tratos criminales a los más altos niveles.
Inclusive, no es exagerado asumir que quién encabezó la primera fiscalía independiente no fue nunca parte del círculo cercano de López Obrador. Más bien una ficha funcional, con capacidad de operar sucios enjuagues legales en favor de la transformación. A cambio se le permitió sacar provecho personal de la posición haciendo el trabajo sucio para el gobierno, a cambio de la impunidad total.
Coincidencia, eso sí, es toparse con un autor justo en el momento en que un fenómeno, que sus análisis nos ayudan a entender, está sucediendo. Una obra que asienta las ideas, eliminando en tiempo real la confusión, que refleja la vida nacional como un espejo mágico que nos enseña a detalle los pliegues, rasgaduras y zurcidos del telón que cubre el escenario de lo que sucede, haciéndolo translucido y exponiendo la realidad.
Mark Galleoti es un escritor, investigador y académico inglés que se ha especializado en el crimen organizado internacional. En agosto publicó un estudio cuyo título es tan cautivador como inquietante: Homo Criminalis: How crime organizes the world – Como el crimen organiza al mundo. (Agosto 2025, Edbury Publishing)
En su análisis, Galleoti no hace referencia a la situación nacional que vivimos en México. En su entender, no entramos en la clasificación de “Estado Mafioso” que hace. Donde localiza a extremos como Rusia, Corea del Norte, Venezuela y Guinea-Bissau. Donde, el Estado, más que estar a expensas de las mafias locales, es uno y mismo con la estructura criminal; el dictador es el líder, “El Padrino” de la mafia. La mafia y su actividad criminal transnacional forma parte de la política del estado, una y otra son lo mismo.
Coincidencias o consecuencias, realidad o especulación, para Mark Galleoti México es un estado que únicamente está capturado, amenazado, sometido y cooptado por las organizaciones criminales. Un estado híbrido y disputado. Un estado feudal donde diferentes grupos criminales han capturado fragmentos del estado y están en guerra permanente entre ellos y el gobierno.
En el “Estado Mafioso” el gobierno ofrece a la estructura criminal impunidad, acceso a recursos estatales y protección contra la extradición y la rendición ante tribunales extranjeros o multilaterales. Mientras que los criminales ofrecen al gobierno fondos opacos no rastreables para realizar operaciones políticas, fuerza bruta, violencia y capacidades cibernéticas ilegales, e influencia geopolítica encubierta.
Podrá no ser, pero las similitudes evidentes nos obligan a la reflexión. Tal vez no vivamos en un Estado Mafioso, pero ¿No será ese el segundo piso de la transformación? No es coincidencia ni especulación, solamente un increíble parecido a la realidad.