El mes de octubre, fue excepcionalmente trágico para la Presidenta, su movimiento, los ciudadanos y la nación.
La oferta hecha, el precio de garantía, es un cálculo financiero que hizo alguien ajeno a la realidad de estos mexicanos, con una visión limitada, a partir de reportes, análisis y directrices financieras que poco explican el drama que se vive en el campo.
La oposición, enfrenta el problema de que no reconoce que la cancha donde pueden jugar es otra. El relanzamiento del PAN, el nuevo, pugilato y contestón PRIAlito y el tímido MC, del que no se escucha ni interesa, parecen estar más interesados en aferrarse a lo que queda, que en reconocer las nuevas condiciones y hacer frente a Morena.
Regresamos a la cantaleta de siempre, mientras sentemos nuestras perspectivas en el dinero y la tecnología de otros (inversión extranjera), que nos llega por meras condiciones geográficas (la vecindad con EE. UU.) a pesar de que hacemos todo lo posible para evitarlo (reformas judiciales y del amparo, falta de inversión, mala educación, capitalismo de cuates, etc., etc.) seguiremos no perdiendo la oportunidad de perder una oportunidad.
Para todo fin práctico los partidos de oposición están destrozados. Lo curioso es que los liderazgos que los condujeron durante la debacle son inamovibles.