Es evidente la escasez de recursos con que navega Xóchitl Gálvez en la campaña, lo que le llevó en la pasada semana casi a suplicar que al menos los líderes de partidos le cedieran parte de los espacios publicitarios que utilizan para promocionarse personalmente.
Abrazos no balazos, o más bien abrazos a los que dan balazos, el eslogan es bonito, pero el resultado es catastrófico. Catastrófico para la democracia y sobre todo para los jóvenes.
En el marco de la nebulosidad acostumbrada, de cara a los comicios generales se han reforzado los programas asistenciales de rédito electoral, esos recursos que efectiva o falsamente -suman denuncias de desvíos en Bienestar- se otorgan con mínimo control a diversos sectores de la población, pero que sin el respaldo de un crecimiento económico paralelo representan un barril sin fondo para las finanzas nacionales
De hecho, precisa que en el actual sexenio ha habido mucha saliva, incluso pañuelos blancos en torno al combate a esa práctica, pero ésta no ha disminuido y México se mantiene como el miembro con mayor nivel de corrupción en ese grupo
Los mensajes desde Palacio han sido repetidos: si triunfa su obligación es dar continuidad a las políticas de López Obrador, además de mantener sus proyectos estrella, entregados a militares. En la reciente entrevista “a modo” con el medio español Canal Red, sumo una advertencia más: no debe pensar en la moderación, sino mantener la agresividad