Lograron lo que querían, el control faccioso del Poder Judicial, pero creció el talón de Aquiles que les tortura: carecen de legitimidad. La elección fue un fracaso y el modelo lo será. No convencieron internamente y la opinión mundial los condena como destructores de la incipiente democracia.
La farsa escenificada ayer, para imponer el control faccioso del Poder Judicial, es el mayor pero no único hecho de los que arrastran al país a una situación de caos con resultados impredecibles, mientras la ciudadanía permanece impávida frente a la destrucción
Más agitados que las corrientes que contribuyeron al choque del velero Cuauhtémoc, diversos sucesos, entre ellos el supuesto cobro de cuentas por grupos delictivos en CDMX, llevaron al actual gobierno federal a enfrentar la peor semana en su trayectoria, mostrando talones de Aquiles e indefiniciones.
El deterioro de México en todos los sentidos es patente, sumido en un juego perverso de voracidades del partido en el poder y con una debilidad como país que ensombrece el futuro, mientras la sociedad permanece abúlica frente a la destrucción.
Ante el avance de China, Rusia y sus aliados, consciente de la pérdida de dominio geopolítico internacional de Estados Unidos, en el paso a un nuevo orden mundial que no controla, Donald Trump adopta medidas radicales que en lo interno y externo se le han revertido y han hecho caer su popularidad.