Opinión
Lunes 29 de Abril del 2024 23:09 hrs

Construyendo Privilegios Sobre Derechos o “E” menos 8


¿Cuándo, el privilegio de alguien que no trabaja, ni se esfuerza, se convierte en un derecho de que la sociedad lo mantenga, siendo omiso de los derechos de otros más necesitados?

Disponiéndome a escribir sobre el debate (¿Por qué no? Es mi derecho mientras tenga vida y se siga moviendo) me di cuenta de que ya hay de todo: paleros que repiten lo que una u otra dijo, una infinidad de encuestas, de ambos lados, declarando triunfadora a su delfina… No, perdón. A su gallo ¡Hm!, tampoco… ¡bueno!, que declaran vencedora a su candidata. Infinidad de comentaristas y opinologos que comparten innumerables teorías sobre lo que faltó, lo que sobró y lo que debió ser. Porque ellos sí lo saben

Con todo respeto, todo eso no es más que ruido, el mismo ruido al que me disponía a contribuir con esta publicación. El mismo ruido que hace el público en una pelea de box de altos vuelos: ensordecedor, idiotizante. Irrelevante. 

Todos los espectadores, inclusive los entrenadores y técnicos de cada equipo, tienen toda la razón desde las gradas. Pero, el resultado, solo lo puede dar quién está en el ring. Aun así, en la política, como en muchas cosas de la vida, el ganador no será quien tire los mejores ganchos o el más fuerte. Cualquier cosa puede descarrilar al puntero en el momento menos esperado. Como diría mi abuelita, [¡Ay! Hijito] uno propone y Dios dispone. 

Para no descorazonar a nadie, comparto las observaciones que le compartí al editor de este medio, al final del debate: 

Fue muy en orden de lo esperado; Claudia montada en AMLO y 4 T.; Xóchitl atacando y desligándose de partidos.

Algunos puntos a resaltar: Máynez, ni fu ni fa, pero con una sonrisa muy socarrona, fingida al principio, al final la bajó.  Imperdonable los errores del cronómetro.  Los moderadores bien, curioso que Manuel López San Martín no se metió a contra preguntar. Denisse sí. Creo que es evidente el efecto de la crítica que le echó Morena. 

Claudia muy disciplinada. Aunque creo que su expresión corporal sí dejó ver que estuvo a punto de perder la cordura un par de ocasiones. Xóchitl muy bien con el uso de la frialdad de Claudia y la falta de corazón. Creo que debió de insistir más con eso. También muy bien con el manejo de los tiempos. Pero muy mal con el descuido de la bandera al revés.

Creo que fue un buen debate. Siempre habrá algo que criticar.

Cumplido el encargo, a otros menesteres. 

Hay un debate más profundo y que, no solo los mexicanos, sino todas las sociedades modernas debemos de tener. A la izquierda progresista le encanta, mientras que, a la derecha liberalista, los abruma.  Es, en el fondo, la base de la guerra cultural que vemos en todo el mundo. 

El debate es la prevalencia de los derechos sobre los privilegios en una sociedad. 

¡Tranquilos!, tranquilos. Se que es políticamente incorrecto, pero, actualmente, en los estados de bienestar del siglo XXI, hemos enaltecido los derechos, y satanizado los privilegios, a tal grado, que hemos permitido monstruos insostenibles en los gobiernos y políticos inconscientes como gobernantes.

La realidad es que nos han impuesto una diferencia semántica: La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 es, sin duda, base del progreso y desarrollo del que hoy gozamos, y diametralmente diferentes a el abuso, la negligencia, la falacia y la deshonestidad, disfrazadas de derechos en los que el populismo se monta. 

Claudia, acercándose el final del debate, cerrando el tema de grupos vulnerables y violencia de género declaró: “nosotros construimos derechos, no privilegios. No construimos mercancías, que fue la máxima del periodo neoliberal”.

¿Cómo, esgrimiendo su derecho a la libre expresión, López Obrador ejerce el privilegio presidencial para agraviar, mentir y polarizar? 

¿En qué momento se perdió el derecho a ganarse privilegios con esfuerzo y trabajo honesto, creativo y productivo?

¿Cuándo, el privilegio de alguien que no trabaja, ni se esfuerza, se convierte en un derecho de que la sociedad lo mantenga, siendo omiso de los derechos de otros más necesitados? 

¿Por qué, el derecho que un niño tiene de perseguir sus sueños es impedido por otro que tiene el privilegio de que, este último, también tenga una educación deficiente?

Con debate o sin debate, no nos engañemos, botemos la demagogia de derechos ficticios y ganémonos el privilegio de vivir en una nación de oportunidades, con una sociedad en bienestar y un estado de derecho, donde uno puede ganarse ciertos privilegios.






OPINION

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¿Y el futuro apá? Lopez Obrador destruyó culpando al pasado y las candidatas se anclan en lo mismo, lanzándose lodo frente a un país que reclama soluciones.

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