Opinión
Sábado 21 de Junio del 2025 00:00 hrs

Pantalla

Cuando el cielo se tiñe de rojo


Todo listo para despegar hacia este singular thriller, que fue visto por más de 50 millones de personas en su primer mes en la plataforma

Cielo Rojo Sangre, disponible en Netflix, es una película alemana de 2021 que combina muy bien varios géneros cinematográficos para llevar al espectador por un trepidante viaje de suspenso, misterio y horror durante poco más de dos horas.

La cinta inicia cuando un avión de pasajeros realiza un aterrizaje de emergencia en una base militar de la Fuerza Aérea Real (RAF) en Escocia. Los soldados rodean la aeronave al suponer que se trata de un avión que ha sido secuestrado por terroristas y más cuando en la cabina ven a un civil con facciones árabes en el asiento del piloto. Mientras tratan de persuadirlo de que se entregue, por una puerta lateral usando un paracaídas abierto como escalera, desciende un niño (Elias) de 10 o 12 años en estado catatónico. El niño, en silencio y sin pronunciar palabra alguna, es interrogado infructuosamente por la policía mientras un médico lo examina.

Después de un gran acercamiento de la cámara al rostro del niño, un flashback nos transporta a un cuarto de hotel donde está Nadja, la madre de Elias, totalmente calva, pálida y con un semblante angustiado frente al espejo, al tiempo que se coloca una peluca negra para ocultar su calvicie, lo que nos hace suponer que está enferma. El uso recurrente de flashbacks es la herramienta utilizada por los guionistas y el director para dar a conocer los antecedentes de la historia.

Mientras tanto, en el aeropuerto, el niño Elias entra solo a un aeropuerto para documentar el equipaje de él y el de su madre, situación poco creíble en la actualidad por razones de seguridad; sin embargo, es un recurso aceptable para favorecer la trama y poner una dosis adicional de misterio y suspenso. Luego, al atardecer llega Nadja al aeropuerto y se reúne con su hijo para tomar un vuelo de Alemania a Nueva York donde recibirá un tratamiento médico especial. Mientras Nadja, con el rostro lívido, mantiene una expresión de tensión y preocupación, el niño conserva la calma, su inocencia, buen humor y muestra un cariño especial hacia su madre.

Y como dice la sinópsis de la película Cielo Rojo Sangre en Netflix: ¡Atención, pasajeros! Todo listo para despegar hacia este singular thriller, que fue visto por más de 50 millones de personas en su primer mes en la plataforma.

Atención Spoiler a la vista. Si quieren pueden detener la lectura de esta reseña hasta que vean la película Cielo Rojo Sangre, y luego si lo desean, pueden terminar de leerla.

Dicho lo anterior, la sinópsis dice lo correcto, la película es un thriller porque hay mucho suspenso y emoción, pero pronto la historia da un giro sorprendente hacia el cine de horror con una atrevida propuesta de vampiros que se entrelaza con la trama sobre los terroristas que pretenden secuestrar un avión comercial.

Mi primera lectura fue que se trataba de una película post pandémica haciendo una analogía entre los contagios de COVID y los de los pasajeros del avión que se convierten en vampiros, y se daba así el mensaje de que tarde o temprano todos nos vamos a contagiar del coronavirus, tal y como los pasajeros se convierten en vampiros, pero investigando, me enteré que la película fue filmada entre noviembre de 2017 y abril de 2018, mucho antes de que apareciera el coronavirus. Además, leí un artículo en el que escriben: “la película original fue un proyecto apasionado para el director y coguionista Peter Thorwarth, quien concibió la idea de la película a partir de un experimento mental mientras él mismo se encontraba en un vuelo transatlántico. La producción encontró muchos obstáculos y el director tardó 16 años en obtener financiación para su proyecto”.

Dado lo anterior, me percato de que mi lectura de la película no es la acertada, pero lo que sí es cierto es que los vampiros casi siempre han estado asociados a la enfermedad. De acuerdo al artículo de Stanley Stepanic, Profesor Adjunto de Lenguas y Literaturas Eslavas de la Universidad de Virginia en Estados Unidos, “los estudiosos han propuesto varias teorías sobre la relación de varias enfermedades con los vampiros. Es probable que ninguna enfermedad proporcione un origen simple y ‘puro’ para los mitos vampíricos, ya que las creencias sobre los vampiros cambiaron con el tiempo”.

“Pero hay dos en particular que muestran vínculos sólidos. Una es la rabia, cuyo nombre proviene de un término latino que significa “locura”. Es una de las enfermedades reconocidas más antiguas del planeta, transmisible de los animales a los seres humanos y que se propaga principalmente a través de las mordeduras, una referencia obvia a un rasgo clásico de los vampiros”.

“Hay otras conexiones curiosas, explica el profesor, un síntoma central de la enfermedad es la hidrofobia, el miedo al agua. (...) Además, la rabia puede provocar miedo a la luz, alteración de los patrones de sueño y aumento de la agresividad, elementos con los que se describe a los vampiros en diversos cuentos populares”.

“La segunda enfermedad es la pelagra, causada por una deficiencia dietética de niacina (vitamina B3) o del aminoácido triptófano. La pelagra provoca las clásicas “4 D”: dermatitis, diarrea, demencia y muerte. Algunos enfermos también experimentan una gran sensibilidad a la luz solar -descrita en algunas representaciones de vampiros- que les lleva a tener la piel como un cadáver”.

Pero todas esas asociaciones de enfermedades con vampiros, se dieron siglos antes de que se inventara el cine y de que Bram Stoker publicara en 1897 su famosa novela Drácula. Incluso en el cine el personaje del vampiro llegó un año antes, pues en 1896, el famoso director francés George Méliès, realizó una historia de vampiros, estrenada con el nombre de La mansión del diablo. A partir de entonces los vampiros han estado presentes en la historia del cine, donde los más famosos son los que aparecieron en Nosferatu, película alemana muda de 1922 y Drácula, de 1931, dirigida en Estados Unidos por Tod Browning y donde el personaje está interpretado por el actor húngaro Bela Lugosi, sobre el que se han escrito un sinfín de leyendas sobre la relación actor-personaje.

Con altas y bajas, los vampiros han estado presentes en más de cien años de cine, pero en 2008 la saga de Crepúsculo dio una nueva vida al vampiro para acercarlo a un público más joven. El cine mexicano tiene dos películas importantes dentro del género, una es El Vampiro (1957) y la otra El ataúd del vampiro (1958), estelarizadas por el actor español radicado en México, Germán Robles, sobre quien también surgieron leyendas urbanas sobre su relación con el personaje. Y por supuesto, tenemos la clásica película de culto Santo contra las mujeres vampiro (1962) que mezcla la lucha libre con el vampirismo.

Y volviendo a la reseña de hoy sobre Cielo Rojo Sangre, debo decir que aunque nunca he sido fan del cine de terror y horror, la película me sorprendió favorablemente, y si les gustan las de vampiros, pues es una buena película y muy entretenida, aunque sí contiene un gran número de escenas con alto grado de violencia y demasiada sangre.

Por el final abierto de la película y el éxito que está teniendo en Netflix, no dudaría que hicieran próximamente una secuela. Habrá que ver.

DÍA DEL CINE MEXICANO. La semana pasada comenté sobre el Día del Cine Mexicano que se celebra cada 15 de agosto desde 2017, pero hay programación por tal motivo para todo este mes de agosto. En Netflix recomiendo Selva trágica, Ya no estoy aquí y El baile de los 41; mientras que en Amazon se pueden ver Sin señas particulares y Mano de obra. En Filmin Latino están disponibles de manera gratuita varias cintas mexicanas más independientes o apoyadas por Imcine, pero la verdad es que las que vi, me parecieron muy pobres en guión y en producción. En esa plataforma hay todo un apartado dedicado al Día del Cine Mexicano.






OPINION

Fuenteovejuna

Otra del tal Noroña. En medio de sus vacaciones en Italia, como el padre Gatica fue al Parlamento Europeo a predicar lo que no practica: respeto y tolerancia…

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