Paz y Reconciliación
Llamado Profético de los Obispos
El tono de este mensaje que dio la vuelta al mundo católico y no católico fue un punto y aparte de cómo la Iglesia católica se solidariza y acompaña a los que sufren por la violencia en México, pero también en solidaridad con aquellos que exigen mayores resultados al gobierno. Pero sobre todo un punto de quiebre en la interpretación de la realidad.
En los 30 años que tengo de seguir noticias de la Iglesia Católica, pocas había visto que el mensaje de un dirigente de los obispos mexicanos tuviera tan alto impacto en el círculo cercano al Papa, en la curia vaticana, entre empresarios del país, académicos, la clase política nacional pero sobre todo en Palacio Nacional.
El mensaje de Don Ramón Castro Castro, presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, fue tan fuerte y sonó tan alto que la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, solicitó "de manera muy respetuosa al obispo de Cuernavaca asistir a una reunión el miércoles pasado para platicar de manera institucional sobre sus dichos”.
En Roma, en el primer círculo del Papa León XIV, se comentó el mensaje del obispo Ramón Castro. El portal de noticias oficial Vatican News calificó el mensaje de la CEM como "un llamado profético a toda la sociedad a deponer las ideologías y construir la paz y la reconciliación a través del diálogo, reafirmando que la Iglesia debe ser "sinodal, profética y cercana al pueblo que sufre".
El portal de noticias de la Santa Sede retoma los dichos de los obispos mexicanos: "La parte más contundente es donde los pastores denuncian una narrativa oficial que "no corresponde a la experiencia cotidiana de millones de mexicanos".
El Episcopado señala la violencia cotidiana y la persistencia del crimen organizado en México que "ha extendido sus tentáculos a muchos rincones del país", manteniendo a vastas regiones "bajo el dominio de los violentos".
Esta realidad, señala el mensaje de los obispos, se concreta en la continuidad de asesinatos, desapariciones, desplazamientos forzados y el incremento de la extorsión sistemática que afecta a todos los estratos sociales.
Algunos obispos asistentes a la CXIX Asamblea Plenaria comentaron que "Don Ramón había soltado una bomba en una de las sesiones plenarias y que muchos miembros de la jerarquía católica pidieron al obispo de Cuernavaca hacer de todos lo expresado por él. Que sea tu mensaje el mensaje de los obispos mexicanos en estos momentos que vive el país".
Quienes conocen a Don Ramón Castro dicen que es un obispo muy congruente en su compromiso por la paz y la justicia; un diplomático de carrera que busca siempre el camino de conciliación y del diálogo, un pastor cercano a su pueblo, sobre todo a los más pobres y los que sufren a causa de la violencia en su diócesis.
El tono de este mensaje que dio la vuelta al mundo católico y no católico fue un punto y aparte de cómo la Iglesia católica se solidariza y acompaña a los que sufren por la violencia en México, pero también en solidaridad con aquellos que exigen mayores resultados al gobierno. Pero sobre todo un punto de quiebre en la interpretación de la realidad.
La motivación del mensaje, explica alguien cercano a Don Ramón, es el dolor que muchos obispos enfrentan en sus diócesis y la tristeza (o cinismo o impotencia) de escuchar todos los días por parte del gobierno otra narrativa fuera de la realidad.
Tras el mensaje, la secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodriguez, llamó a los dirigentes de la Iglesia Católica a una reunión para intercambiar opiniones sobre el mensaje en el que se dijo. No sabe qué pasó en esta plática, esperemos que Rosa Icela Rodríguez, quien ha sido muy respetuosa con la Iglesia y los obispos, no pretenda acallar las voces críticas, sino encontrar puntos comunes de acción.
Y vaya que los pastores hablaron fuerte y claro: "Los obispos expresan su dolor por los sacerdotes y agentes de pastoral que han sido "amenazados y asesinados" y por la migración forzada que obliga a miles de mexicanos y centroamericanos a huir, siendo víctimas de "secuestro, trata y muerte". En este contexto de "degradación social", también han elevado su clamor profético en defensa de la familia, alertando sobre la implementación de "políticas públicas educativas actuales" y una "visión antropológica ajena" que "diluye la identidad sexual" y atenta contra la "dignidad integral de la persona humana".
Como católico admiramos la valentía de las palabras de nuestros pastores y su solidaridad con los que sufren a causa de la violencia. Ojalá el gobierno de la 4T entienda este sentido y haga más, mucho más por pacificar a México vea en la jerarquía católica a un aliado para salir de esta pesadilla de violencia, muerte e inseguridad que vivimos.