Opinión
Jueves 28 de Marzo del 2024 08:40 hrs

Pantalla

Mank: La Reivindicación de un Guionista


Puede verse como la historia de un muy buen guionista alcohólico, pero Mank pretende dejar en claro que el verdadero creador de la historia de El Ciudadano Kane es Mankiewicz

El acorazado Potemkin (1925) y El Ciudadano Kane (1941) son, tal vez, las películas más estudiadas sobre todo por directores, escritores, cinematógrafos, editores, sonidistas y críticos. La primera, dirigida por Sergei Eisenstein, en una película muda de propaganda de la revolución rusa alabada principalmente por su narrativa y el efectivo y complicado uso del montaje cinematográfico; mientras que la segunda, dirigida, actuada y coescrita por Orson Welles, es considerada por un buen número de especialistas como la mejor película de la historia.

Apenas en diciembre pasado se estrenó en Netflix la película Mank sobre la vida de Herman J. Mankiewicz, a quien por ese apellido complicado se le conocía simplemente como Mank. Fue un guionista muy talentoso y exitoso en el Hollywood de los años 30s y 40s. Ganó un Oscar por El Ciudadano Kane junto a Orson Welles, ya que en los créditos de la película el guión aparece firmado por ambos. La historia cuenta que Welles quería llevarse todo el crédito del guión pero que se vio forzado por Mank a compartir el crédito. Mank se centra justo en el proceso de escritura del guión de El Ciudadano Kane que realizó Mankiewicz y pretende dejar en claro que él fue el verdadero creador de la historia de la afamada película. Enfatizo: “creador de la historia más no de la película”.

La película podría verse simplemente como la historia de un muy buen guionista alcohólico en la época de gloria de Hollywood, pero creo que para poder entender adecuadamente la historia que nos cuenta Mank, es necesario haber visto El ciudadano Kane y saber quienes fueron algunos de los personajes en que se basa la película como son William Randolph Hearst, Louis B. Meyer, Marion Davis e Irving Thalberg, entre otros, y como también requiere conocer lo que representa Orson Welles en la historia del cine y además saber cómo era la industria cinematográfica de esos años en Estados Unidos. Sin ese contexto, Mank queda como una historia más sobre un guionista borracho, inteligente y sarcástico.

El director de Mank es David Fincher, realizador con un buen número de seguidores por sus películas Seven: los siete pecados capitales, El club de la pelea, El juego, Red social y por series como House of Cards, y toma como punto de partida de su película el guión escrito por su padre, Jack Fincher.

Filmada en blanco y negro, Mank nos lleva en un viaje hacia el pasado, y aunque está realizada directamente en blanco y negro (sin pasar por el color) con la tecnología digital actual de 8K, la película no está hecha en el estilo que dominaba el cine a principios de los 40s del siglo pasado, incluso tiene un formato en una proporción más apaisada de 2.20:1 contra el 1.37:1 más cuadrado de Kane.

Mank inicia justo cuando unos vehículos se desplazan sobre un polvoriento camino a toda velocidad hasta llegar a un rancho alejado del glamour de Hollywood. Del automóvil bajan a un tipo de aspecto desaliñado (Mankiewicz) con una pierna enyesada. Simplemente lo instalan en un cuarto, lo acuestan en una cama y le dicen que tiene que empezar a escribir el guión que se comprometió a desarrollar para el debut cinematográfico de Orson Welles. Welles acababa de recibir un contrato para realizar a sus 24 años de edad una película para la compañía RKO con todas las libertades creativas del mundo, desde el guión hasta el corte final. Algo que ningún director de la época tenía. Aún hoy en día, hay un aura de misterio sobre cómo consiguió Welles semejante contrato a su favor y además sin contar con experiencia cinematográfica realizó la que es considerada por los expertos como la mejor película de la historia. Welles venía del mundo del teatro donde tenía su propia compañía, el Mercury Theatre.

Mantienen aislado a Mank para que escriba el guión donde es supervisado por John Houseman (cofundador del Mercury Theatre), una enfermera y una secretaria inglesa a quien Mank, de mala gana y ansioso por la abstinencia del alcohol, le dicta con precisión matemática el guión que después mecanografía. Mank va creando la historia y dando forma al guión, mientras por medio de flashbacks se muestran escenas del propio escritor en su vida personal y de trabajo para Hollywood donde se codea con los altos ejecutivos de Hollywood como Louis B. Mayer e Irving Thalberg, pero sobre todo con William Randolph Hearst y su esposa la actriz Marion Davis, quienes fueron, sin duda, la fuente de inspiración para escribir el guión de El ciudadano Kane. Son las vivencias de Mack para contarnos la historia del personaje Kane que no es otro que el propio magnate de los medios impresos sensacionalistas: William Randolph Hearst (1863-1951).

Cuando Mank terminó el guión, Orson Welles lo tomó e inició el proceso de reescritura. Welles quiso apropiarse del guión, pero Mank luchó contra Welles para obtener el crédito de la coautoría (realmente es el autor), que finalmente logró y ambos recibieron un Oscar por guión original en 1942. Mankiewicz murió a los 55 años a consecuencia de su alcoholismo después de una fructífera carrera trabajando para los grandes estudios como Paramount, Metro Goldwyn Mayer (MGM) y RKO.

El personaje central de Mank está interpretado por Gary Oldman. En lo personal durante toda la película percibí una interpretación muy similar a la que hizo como Winston Churchill en Las horas más oscuras (2018) y está rodeado de un buen reparto: Amanda Seyfried como la actriz Marion Davis, Lily Collins como la secretaria Rita y Charles Dance como William Randolph Hearst, entre otros.

Aún y cuando la polémica sobre la autoría del guión está sobre la mesa en la película Mank, la verdad es que el verdadero creador, nos guste o no, de El ciudadano Kane es Orson Welles, quien supo dirigir un equipo de creativos que forjaron un estilo narrativo cinematográfico vigente hasta hoy en día. Welles y particularmente su director de fotografía Gregg Toland fueron grandes innovadores en el terreno fílmico. Existen infinidad de estudios y artículos sobre Kane, pero aquí cito solo algunos comentarios que aparecen en el libro Film Classics (Películas clásicas).

El ciudadano Kane cumple todas las características de un clásico: logro técnico e innovación, marcada influencia en el oficio cinematográfico, temas de atractivo universal, significación social / cultural / política que define una época, características que personifican un género. El ciudadano Kane demuestra estas características con un arte admirable, originalidad, precisión en los detalles e innovación que es ampliamente reconocida como la mejor película estadounidense de todos los tiempos. Aunque algunas audiencias modernas pueden encontrar la película algo lenta y desactualizada, cuando la película se ve en el contexto adecuado, queda claro que El ciudadano Kane estaba muy adelantado a su tiempo”.

Ese comentario es solo un extracto de decenas de estudios que se han hecho sobre El ciudadano Kane en los últimos 80 años, una película muy recomendable para los cinéfilos y sobre todo para aquellos que quieran entender un poco más la película Mank, recién estrenada en Netflix. Sin duda, después de ver Kane, tendrán un panorama más amplio de la película dirigida por David Fincher y de la época espléndidamente recreada en la cinta.






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Fuenteovejuna

El Tren Maya se descarriló igual que el gobierno. Siempre víctima, aduce sabotaje y, claro, encubre la tranza del balastro vendido por los socios de sus hijos…

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