Opinión
Miercoles 18 de Junio del 2025 22:45 hrs

¡AL HUESO!

AHMSA en su laberinto


En su agonía de mínimas posibilidades, AHMSA es hoy un desorden. Una situación que asienta la falta de un conductor racional y experimentado

Como en el Titanic, en Altos Hornos los músicos siguen tocando y el agua subiendo. 

En lo que queda de Altos Hornos de México, con humor negro los mandos sobrevivientes afirman haber desarrollado tantos planes, que a estas alturas tienen más escenarios que todos los casinos y hoteles de Las Vegas juntos. 

Y es que han diseñado, variado y revisado al detalle, una y otra vez, los pasos técnicos necesarios para viabilizar el rescate y la reactivación de la cadena de producción, pero en lo financiero siguen en la miseria, mientras los prometidos recursos de los nuevos propietarios no aparecen y cada día se hacen más dudosos.

Cuando ya López Obrador había culminado la venganza personal contra Alonso Ancira por negarle “aportaciones” a su campaña y el empresario entregó el control a Argentem Creek Partners, la Secretaría de Hacienda dio pasos para facilitar un acuerdo de pagos con el sector público. Pero la zancadilla vino desde dentro, con un crédito fiscal sin sustento por 60 mil millones de pesos, impuesto a la subsidiaria Minera del Norte.

Poco más tarde, el juez del concurso mercantil de MINOSA, que según conocedores huele a Scherer y no está allí precisamente por su salario, sumó otra traba con argumentos pueriles: rechazó el convenio que pese a lo leonino había sido aceptado por la casi totalidad de los acreedores de la minera y decretó la quiebra. 

Como reacción, los inversionistas asiáticos, esperado soporte financiero para el grupo comandado por Dan Chapman, pusieron reversa y Argentem quedó colgando del trapecio. 

La burra no era arisca, pero no es la primera vez que los asiáticos padecen las incongruencias de la política mexicana. Por presiones de Washington, en el gobierno de Peña les cancelaron intempestivamente el proyecto de tren CDMX-Querétaro y un mega desarrollo en Quintana Roo. Ahora se suma, además, la embestida arancelaria de Estados Unidos a todos los productos que huelan a chino, incluidos los armados en México. 

Así, para Argentem la búsqueda desesperada de nuevo soporte financiero es una odisea cuesta arriba en pleno período electoral, con tierra de nadie hasta el cambio de mando en octubre y luego los meses necesarios para que el nuevo gobierno se asiente y comience a resolver las negras herencias que recibirá en todos los órdenes -Altos Hornos apenas una de ellas-, requisito base para generar confianza en cualquier potencial inversionista. 

Quemante situación cuando Chapman se comprometió a realizar en noviembre de este año el pago a PEMEX de los 100 millones de dólares restantes de la extorsión orquestada desde Palacio y operada por Scherer, erogación ineludible que tiene prioridad por sobre los pagos a trabajadores y acreedores. 

Podría salvarlo la resaca jurídica, porque la arremetida de López Obrador, aprovechada con intereses propios por los “julios regalado” con el apoyo de Arturo Zaldívar, comienza a desmoronarse en tribunales al demostrar que no hubo “delincuencia organizada” ni “lavado de dinero”, sino mentiras, manipulación judicial, corrupción y abuso de poder.

En lo sustancial, así pasan los días, las semanas y los meses con más retrocesos que avances, en una crisis generada por el hígado presidencial que –“primero los pobres”- golpeó a Coahuila con la pérdida de una cadena industrial que desde minas hasta el acero sostenía más de 60 mil buenos empleos.

Hacia el interior, mientras, en el grupo de técnicos y mandos que pese a las condiciones adversas han permanecido laborando reinan la frustración y el desaliento, porque a la falta de recursos los dos únicos mandos designados por Argentem suman desconocimiento sobre la empresa, desprecio a la capacidad de su personal, decisiones erráticas -sino absurdas- y contradicciones.

Capitanes de nada, sin experiencia en el manejo de una industria con la complejidad de AHMSA, además de desconocer el contexto y sus modos no confían en la tripulación ni en los remeros, que bien conocen el barco y se esfuerzan por mantenerlo a flote. En ese tenor, despilfarran los mínimos recursos obtenidos por venta de carbón de desecho en contratar onerosos asesores y supuestos especialistas, que en sus limitaciones solo estorban o generan ideas descabelladas y conflictos.

Pequeño ejemplo de desatinos: los brillantes asesores aseguraron tener golpeadores dispuestos a respaldar a obreros sindicalizado en la toma de los accesos a las siderúrgicas, bloqueados por un grupo que financia Napoleón Gómez Urrutia. Para ello, demandaron apoyo del gobierno estatal con su policía. Evidentemente, una acción que las autoridades rehúyen hasta bajo mandato judicial y, aún más, irracional en período electoral. 

Negocio de alguien, el interés de sacar y vender materiales y productos etiquetados como “no necesarios” se encubrió con una promesa, la de destinar parte de los recursos para pagar algunas semanas atrasadas a los obreros, de cuyo convencimiento se encargaría un sindicato totalmente desgastado, que vive en la desconfianza y al que los propios nuevos mandos debilitan más con las ocurrencias de sus supuestos asesores.

En tanto, al personal de empleados se le adelantan las malas noticias. Los que en la esperanza frustrada de una reactivación no habían renunciado y permanecían con permisos sin goce de salarios, están siendo llamados para firmar convenios de terminación que los anclarán en el limbo financiero.

En su agonía de mínimas posibilidades, AHMSA es hoy un desorden. Una situación que asienta la falta de un conductor racional y experimentado -el designado, Carlos Espinal Guifarro, marcó distancia al no concretarse el financiamiento- lo que ha generado una nueva decepción, con caída de imagen de Argentem ante el personal y las comunidades, ante el mundo de los negocios y ante las autoridades de los tres niveles, que ven mucha saliva, muchas promesas, nada concreto y, peor, liviandad. 

En ese concierto de inconveniencias, el futuro trágico parece acercar la vía de la quiebra, con venta “al kilo” de lo que fue la principal siderúrgica del país, o la toma de control por PEMEX como cobrador preferencial, ambas posibilidades en que nada pueden esperar el resto de los acreedores ni los obreros y empleados, a los que se les adeudan salarios y/o liquidaciones por decenas de millones de dólares.

Algo para no olvidar en Coahuila el próximo 2 de junio: la magnitud del daño que en nuestro estado deja un gobierno desastroso, que “mintió, robó y traicionó”, como bien señala María Amparo Casar.






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