Opinión
Sábado 27 de Abril del 2024 02:56 hrs

Calculando o “E” menos 12


Lo de menos es que las candidatas no emocionan. En el fondo se libra una guerra sin límites: el exceso en gastos de campaña, la filtración de información personal, verdadera o falsa, contra a un candidato, la movilización de grupos de interés para causar crispación social y la compra de voluntades que colaboren en las cosas más viles, son los verdaderos instrumentos de la política electoral.

A mi esposa le saca de quicio. 

Para mí, es inevitable. Es algo que se me da de forma orgánica, sin motivación alguna.  Toda actividad la fracciono, calculo las partes, décimas, quintas, terceras, medias, llevo el 50%, o me falta el 40%, el treinta, ocho, tres o terminé. 

Para mi familia, salir a carretera es desesperante, para mí, un poco más divertido: los avances en distancia y tiempo, el cálculo de promedios, y la predicción de la hora de llegada, todo en cálculo mental, es lo que me entretiene. Ya nadie pregunta ¿Cuánto falta? Prefieren no saber que escuchar una respuesta con muchos números pero que, en realidad, no les responde lo que quieren saber.  

Esto lo cuento porque me es inevitable calcular el avance de las campañas: ver transcurrir el tiempo y contabilizar los sucesos. No puedo evitar intentar predecir, con la limitada información que tengo, el resultado que esperamos. Se que contar las semanas desde un año antes a la elección demuestra algún tipo de desorden mental. El que me sea inevitable calcular que llevamos 14.44% de las campañas no es normal. 

14.44% ¿Mucho o poco? 

Sabemos que López Obrador lleva 18 años en campaña. Durante más de 6,554 días ha buscado obtener y mantener la presidencia de México. Le tomó doce años de campaña alcanzar su obsesión; llegar a ser presidente le tomó aproximadamente, 4,472 días. Comparativamente Claudia, Xóchitl y Máynez son unos infantes advenedizos, niños que están aprendiendo a jugar. 

Al día siguiente de la elección de 2021, el Presidente, en una mañanera, dio el banderazo de arranque formal a la campaña para el 2024: hace 1011 días, se cargó a los hombros a Claudia y comenzó con su paso que dure y no trote que canse.  Xóchitl, tiempo después, decidió que sí iba y, hoy, lleva 272 días en campaña. Doscientos trece días más tarde, hace apenas 59 días, Máynez recibió sus tenis fofo y comenzó a correr. 

Comparado con Claudia, Xóchitl lleva, apenas, el 26.9% y Máynez, el 5.83%. Pero son los trece días de campaña oficial, que representan, apenas, el 1.28%, cuando las cosas se han comenzado a mover. 

Aclaro que las candidatas y sus campañas son aburridas, repetitivas, con ocurrencias ridículas y, en resumen, de flojera.  Son todo lo que habían prometido, ni menos, ni más. 

De Máynez, ni hablar; lo más emocionante que ha logrado es su borrachera en el estadio.

Lo de menos es que las candidatas no emocionan. En el fondo se libra una guerra sin límites: el exceso en gastos de campaña, la filtración de información personal, verdadera o falsa, contra a un candidato, la movilización de grupos de interés para causar crispación social y la compra de voluntades que colaboren en las cosas más viles, son los verdaderos instrumentos de la política electoral. 

Haciendo eso al lado, en esta ocasión se siente algo más. Algo que no viene del cuarto de guerra, que no es inspirado por candidata alguna, algo que pareciera ser orgánico, emanado de la propia sociedad.  

Por encima de la difusión magnificada, como dice el Presidente, los errores son reales y, seguramente, solo una pequeña punta del iceberg, suficiente para dejar un sabor amargo. 

Trece días tomó para que la cuenta de Ayotzinapa creciera a cuarenta y cuatro; para que policías que se esconden ante delincuentes, agredan y desnuden, frente a cámaras, a una niña; para que la extorsión pase de oídos a la indignación que es verlo con los propios ojos. 

Trece días en que medios de comunicación masiva, y empresarios cuates del régimen, dejan la disciplina y demuestren su oposición. 

Trece días en el que Andrés Manuel se ve como en el 2006, furibundo e incontrolable. Mientras su marioneta, Claudia, cuidando de exhibirse, se exhibe cediendo espacios. 

Trece días de noventa; 77 días, 85.56%, del tiempo que falta, que nos vaticina, que nos hace ver la alta probabilidad de que los movimientos orgánicos, no los del cuarto de guerra ni los de la candidata, emparejen la contienda. 

Corolario: con optimismo calculo un crecimiento de la oposición. Con pesimismo resto la acción del crimen organizado, los servidores de la nación y fuerzas armadas que operaran en la jornada electoral.  Con esperanza sumo a la ciudadanía para recuperar la nación. 






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