Opinión
Viernes 26 de Abril del 2024 05:30 hrs

Pantalla

El cine en caída libre


El abismal decremento en la asistencia a los cines no solo se debió a la pandemia, sino también a la codicia de los productores, distribuidores y exhibidores que decidieron postergar los grandes estrenos que se tenían contemplados para el 2020

El cine no es una actividad esencial. Sin embargo, la exhibición -es decir, las salas de cine en México- generan alrededor de 50 mil empleos directos y 150 mil indirectos que se han visto perjudicados por la pandemia. Es una más de las actividades económicas desfavorecidas durante 2020. En marzo, de un golpe se detuvo la producción cinematográfica y las salas de cine cerraron totalmente durante alrededor de tres meses y luego reiniciaron su actividad de manera paulatina con todas las medidas de control fijadas por las autoridades. El balance anual para la industria cinematográfica en México es desastroso, tal y como lo fue para la economía nacional en su conjunto que tuvo un decremento de cerca del 10 por ciento del PIB y millones de empleos perdidos.

De acuerdo a los resultados preliminares de Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (CANACINE), la asistencia a salas de cine en 2020 cayó un 82%, de 335 millones de boletos vendidos en 2019 a 62 millones en 2020, y en tiempos de la pandemia que inició el 25 de marzo hasta el 13 de diciembre, la caída fue aún peor, al pasar de 272 millones de boletos vendidos en 2020 a solo 12 millones en ese periodo.

Este abismal decremento en la asistencia no solo se debió a la pandemia, sino también a la codicia de los productores, distribuidores y exhibidores que decidieron postergar los grandes estrenos que se tenían contemplados para el año. El público, de por sí temeroso de encerrarse en una sala de cine, también percibió una cartelera poco atractiva que lo convenciera de salir de casa e ir al cine.

De hecho las películas más taquilleras de 2020 fueron las que se estrenaron a finales del año anterior o en enero y febrero. La más vista fue Sonic, seguida por Bad Boys para siempre, Aves de presa, Dollitle, Parásitos, Jumanji: El siguiente nivel, Unidos, 1917, Cindy La Regia (la película mexicana más taquillera) y El hombre invisible.

Las películas mexicanas tuvieron pocos ingresos durante 2020. Bajaron de 33.5 millones de boletos vendidos en 2019 a solo 7.5 millones en 2020, lo que representó una caída de 77% y en la pandemia de marzo a diciembre bajó la asistencia para el cine mexicano en 94%. Considero que esto no fue solo por las medidas sanitarias, sino que la oferta mexicana fue muy pobre, tratando de repetir el éxito del año anterior con comedias insulsas y en general muy estúpidas con historias y guiones predecibles. Como señalé, Cindy La Regia fue la más taquillera con 1.8 millones de asistentes y solo porque corrió con suerte de haberse estrenado en la pre pandemia.

Las otras películas mexicanas estrenadas con mayor éxito en 2020 fueron Loco por ti, Veinteañera divorciada y fantástica, Perdida (que no es comedia), Rebelión de los Godínez, Nuevo Orden (cinta polémica que tampoco es comedia y resultó ganadora en el Festival de Venecia), El hubiera sí existe, La marca del demonio, Cuidado con lo que deseas y El baile de los 41.

Para darse una idea de la poca oferta que hubo en 2020, solo se estrenaron 223 películas (40 de ellas mexicanas) contra 446 estrenadas en 2019, de las cuales 106 fueron mexicanas con la taquilla más alta en la historia de la exhibición en salas de cine, un negocio muy lucrativo particularmente en los últimos 10 años como consecuencia del gran número de salas construidas en ese lapso. En México había, al cierre del 1 de diciembre, 7,525 salas de cine, de las cuales 94% eran propiedad del duopolio de Cinépolis con 4,033 y de Cinemex con 3,034.

En marzo del año pasado afirmé que si bien me iba, iría al cine en primavera o verano del 2021; sin embargo, empezando el año nuevo, creo que recorreré la fecha de mi asistencia al cine hasta el 2022, pues la verdad no se me antoja ir a una sala de cine ni hay películas que me interese ver. Esto a pesar de que los exhibidores están haciendo una gran campaña para que la gente vuelva al cine. Dicen que es muy seguro asistir a una sala porque se respetará la sana distancia, se reducirá el cupo de cada sala, explican además que han desarrollado un protocolo para inyectar aire nuevo varias veces durante cada función, entre otras medidas sanitarias; además que dicen que el cine se ve en silencio por lo que la propagación del virus es menos probable, y por supuesto menos aún con el uso obligatorio del cubrebocas.

Aún así y que me gusta la experiencia de ver una película en una pantalla gigante y en una sala a oscuras con un sonido de alta calidad, resulta que lo que los exhibidores ofrecen no es lo que a mi me interesa ver. Los cines están orientados a estrenar los llamados blockbusters o sea las películas que rompen récords de taquilla y generalmente ese tipo de películas no me gustan ya que yo estoy fuera de mercado. El público objetivo de los exhibidores son los jóvenes de entre 15 y 25 años, y las familias que llevan a sus hijos al cine a comer palomitas.

Además, de unos años para acá los exhibidores han tenido la política de pasar casi exclusivamente versiones dobladas al español, lo cual personalmente detesto, y solo dejan algunas funciones en el idioma original con subtítulos que normalmente programan muy temprano, en las últimas funciones o solo las exhiben en las salas VIP que tampoco me agradan demasiado, prefiero una butaca cómoda de una sala normal. Es cuestión de gustos, lo sé. Y por último, detesto en lo que se han convertido las salas de cine: en gigantescas dulcerías donde pasan películas y la gente va, perdón por la expresión, a “tragar” palomitas y demás chucherías que venden a precios carísimos y de pésima calidad, sin mencionar que solo son productos chatarra poco saludables que a la larga perjudican nuestra salud.

Seguramente la gente regresará paulatinamente al cine, pero tardará varios años en recuperar los niveles de asistencia que tuvo en 2019 en la medida en que lleguen los blockbusters a las salas para atraer a jóvenes y familias. Lo lamento por la experiencia cinematográfica, pero sobre todo por los empleos perdidos que difícilmente se recuperarán en el mediano plazo. #volvamos al cine dice el hashtag de la CANACINE…. ¿Y volverá el público o ya le gusta más la experiencia del streaming? Habrá que ver el comportamiento de los cinéfilos en este y los próximos años.






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