Opinión
Lunes 21 de Octubre del 2024 18:34 hrs

El Meme, En Campaña


El resultado, más allá de los malos resultados, es positivo para el Presidente: aquí estamos, con presidenta electa, a poco más de tres meses que se le acabe el veinte a López Obrador, y sigue siendo él… solo él, quien acapara la agenda, de quien se habla y escribe, quien nos divide.

“Wey ya, el meme que se ha viralizado…”

“La imagen del meme (Wey Ya) …surgió de… un asesino en serie que justifica sus asesinatos supuestamente por "amor" -más bien por obsesión-.”

“La frase Wey ya fue sumada con el fin de representar el hartazgo, el sufrimiento, el ya no puedo más, la forma de pedir descanso.”

Milenio Digital, 30 de enero de 2020. https://www.milenio.com/virales/wey-meme-origen-imagen-viral-mejores-memes

 

No cabe duda de que el presidente López Obrador sigue en campaña. Para como se ve, puede ser que no termine sino hasta el día en que lo entierren…en una de esas…deja todo preparado para continuar un tiempo más y acosarnos desde el más allá. 

López Obrador comenzó su campaña hace muchos años en Tabasco, siempre siendo vocal y propenso al escándalo. 

La elección del 2006 le dio la lección más dura de su vida: se encontró con una denuncia aún más sonora que la propia: “AMLO es un peligro para México”. Esta creación publicitaria del asesor de Calderón, Antonio Solá, junto con la pésima selección de candidatura del PRI en Roberto Madrazo, llevo a que Felipe le ganara por una nariz.

El golpe fue profundo, casi mortal. Cualquier otro hubiera claudicado, le tomó más de una década reponerse. No hay pruebas, tampoco dudas, que se juró “nunca más me ganarán la retórica”

López Obrador aprendió a dominar la conversación pública ante cualquier adversario y situación: acomodarse para ser él quien lleva el pandero… ¡Que va el pandero! Aprendió a ser él quien lleva la batería, la guitarra, el bajo, los violines y trompetas, ser el vocalista y ocasionalmente, tocar las castañuelas y el triángulo. 

Su técnica, o habilidad (difícilmente se podría dar como ciencia), la perfeccionó ante un foro enorme y seis años de práctica. la presidencia. Practicó sembrar semillas constantemente, nunca dejar de sembrar. A sabiendas, como todo buen campesino, que unas se dan y otras no, pero el fruto de las que germinan hace a las que no fáciles de olvidar.

Habló, habló y habló: mencionó, relató, repitió, escupió y vomitó cuanta idea le paso por la cabeza. Echó buscapiés y anzuelos, observando, a detalle, la reacción de la opinión pública, los adversarios. 

Muy pendiente del sedal, con cualquier sensación de que un incauto pescado mordía, le daba el tirón, enganchándolo para atraer a los demás. Esta forma de dominar la agenda también fue su forma de hacer gobierno, dominando la conversación, distrayendo mientras avanzaba sus megaproyectos, la concentración del poder, la transformación en la forma de aplicar el gasto social y la creación de una estructura político-electoral predominante. 

Mucho de lo que iba a ser este sexenio se anunció, mucho de lo que iba a hacer el Presidente lo anunció. Pero, mucho, probablemente la mayor parte, de lo que ha sido su gobierno, lo fue componiendo al aire. Muchas ideas verbalizó en la mañanera, muchas se olvidaron, solo nos acordamos de aquellas que cayeron en tierra fértil: aquellos anzuelos que el incauto pescado de la opinión pública mordió. 

Con algunas se tuvo que amarrar y llevarlas a cabo a sabiendas de que no eran buenas decisiones, y los riesgos que cargaban. Pero siempre hubo otro cebo para distraer al cardumen de los malos resultados de una política anunciada al aire.

El resultado, más allá de los malos resultados, es positivo para el Presidente: aquí estamos, con presidenta electa, a poco más de tres meses que se le acabe el veinte a López Obrador, y sigue siendo él… solo él, quien acapara la agenda, de quien se habla y escribe, quien nos divide. 

Pocas semillas han dado tan robusta producción como la elección de jueces, magistrados y ministros: en unos días acallaron una elección histórica y toda otra discusión. 

Es imposible saber si la reforma al Poder Judicial y la captura constitucional de la Suprema Corte de Justicia avanzará en septiembre; es increíble que avanzara y es impensable que no.

Por lo pronto, el Presidente sigue en campaña. Si lo ha traído hasta aquí, por qué dejarla en este momento; por qué no esperar al 30 de septiembre, salir en hombros de la plaza, con oreja y rabo en mano, y vítores de la población. 

¡Wey ya! Hazlo por amor, no por obsesión. 

 

 

 

 






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