Opinión
Lunes 29 de Abril del 2024 22:22 hrs

¡AL HUESO!

Holograma Sin Carisma


Si el objetivo de la entrevista fue delinear una personalidad autónoma, el resultado es contraproducente. Se mostró como una política anodina, sumida en la mediocridad, de ideas ramplonas, sin la estatura de Estado que la suma de crisis en México requiere con urgencia

“Un defecto entre los mexicanos consiste en creer que personas enteramente inadecuadas por su ineptitud puedan desempeñar cargos de elevada categoría”. General Felipe Ángeles.

En una entrevista publicada por el matutino El Universal el pasado lunes, definida como “a fondo” pero cuyo tono incluso en las preguntas la revelan como “a modo”, la candidata oficial pretendió asentar una personalidad política propia y terminó, como siempre, caja de resonancia de López Obrador o, cuando más, buscando flotar a medias aguas. 

En general superficial en sus respuestas, desde la primera afirmación Sheinbaum se muestra a la defensiva, buscando revertir lo que el sentido común ciudadano le ha colgado como su principal negativo, la dependencia: “Cuando yo llegue al gobierno, la que voy a gobernar soy yo… no habrá teléfono rojo entre Palacio Nacional y Palenque”.

Textuales, para descubrir el subconsciente, un par de párrafos sobre el tema, casi similares al lapsus de continuar la corrupción:

“Teléfono rojo, pues eso no. Desde Palenque hasta Palacio Nacional no va a haber este teléfono rojo, hay otros, pero no”.

“Yo no veo ningún problema. El Presidente tiene un enorme reconocimiento, a mí me han dicho que soy una copia del Presidente, cosa que es falsa, cada quien es una persona. Pero venimos del mismo movimiento, hemos luchado por las mismas causas. Pensar que voy a deslindarme de dónde vengo, pues es absurdo. Es más, estoy aquí precisamente por esa razón, porque hay un reconocimiento de la gente…”

Y de allí en adelante es un eco que niega lo que pretende asentar.

Bien leídas, afirmaciones sobre su proyecto parecen crítica sarcástica de la realidad sexenal:

“…pues ahora va a haber continuidad de muchas cosas, afortunadamente. Y lo nuevo que nos va a tocar, desde nuevos programas sociales que he planteado, el fortalecimiento a la educación pública, que para mí es esencial; la salud, que el Presidente va a avanzar, pero es un tema que tenemos que consolidar, un buen sistema de salud pública en el país; el acceso a la salud como un derecho; el programa de vivienda que vamos a desarrollar… Acelerar la transmisión energética, que le he dedicado mucho tiempo a eso”.

También se trepa a la siembra de incertidumbre desde Palacio, al considerar que existe el riesgo de un golpe de estado “técnico”, para desconocer su eventual triunfo, orquestado desde el Tribunal Federal Electoral -que controlan- y la Suprema Corte, donde cuentan al menos con tres integrantes bajo control y ocho juristas que no asumirían una asonada, lo que en cambio si podría aventurarse desde el gobierno de sufrir una derrota el 2 de junio.

Cuando han asesinado 25 candidatos de diferentes partidos -incluidos de MORENA- y otros 25 funcionarios, su visión sobre la avalancha delictiva no tiene desperdicio: 

“Puede definirse en algunas presidencias municipales, en algunos lugares donde hay mayor presencia del crimen organizado, y ahí tiene que haber mayor vigilancia y protección, pero en la elección presencial, de senadores o diputados no, no lo creo”.

Va más allá y cuando la inseguridad acrecentada, con zonas del país bajo dominio innegable del crimen y la violencia desatada, con el país en el primer vergonzoso lugar de dominio delictual entre 170 naciones, su posición es francamente patética:

“Digamos que con el Presidente cambió la tendencia que parecía algo muy complicado y ya se cambió la tendencia en la mayoría de los delitos. Nos va a tocar acelerar la disminución, que cada vez haya más seguridad en el país. Y ahí lo que he planteado, ya que hay este dolo en el que se dice la frase del Presidente, “abrazos, no balazos” como si se planteara abrazar a los delincuentes, esto jamás lo han escuchado de la boca del Presidente ni de nadie del movimiento, nadie piensa eso. Lo que pasa es que es una diferencia entre la guerra contra el narco y la construcción de la paz”.

Sobre el muy censurado paquete de facultades ajenas a su función entregado a las fuerzas armadas, un trapecio imperdible de galimatías:

“En la seguridad yo si pienso que la Guardia Nacional tiene que quedar en la Defensa, que no es el Ejército, es la Secretaría de la Defensa, con su propio comandante, porque le da disciplina. Le da orden, pero la Guardia Nacional también tiene que consolidarse en el sentido de ser primeros respondientes, de vigilar carreteras y otros temas que todavía están pendientes”.

“Ahora, la Secretaría de la Defensa Nacional tiene tareas que se han dado en este sexenio, como la operación del Tren Maya, aduanas, construcción, y yo creo que hay que evaluar. Si en unos años ve uno que no funcionan en algunas áreas, pues tomaremos decisiones, pero hoy, así como está, lo vamos a mantener”.

Si el objetivo de la entrevista fue delinear una personalidad autónoma, el resultado es contraproducente. Se mostró como una política anodina, sumida en la mediocridad, de ideas ramplonas, sin la estatura de Estado que la suma de crisis en México requiere con urgencia. 

Se reveló atada a un gris continuismo, a la profundización del desastre.






OPINION

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¿Y el futuro apá? Lopez Obrador destruyó culpando al pasado y las candidatas se anclan en lo mismo, lanzándose lodo frente a un país que reclama soluciones.

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