Pantalla
Se estrenó la cuarta temporada de Borgen
La trama se complica cuando descubren que un oligarca ruso posee acciones de la compañía que en teoría era canadiense, y luego averiguan que los chinos las compraron al ruso y son los accionistas mayoritarios
Borgen es una serie danesa con cuatro temporadas y 38 capítulos. Las primeras tres temporadas salieron al aire en Dinamarca en 2010, 2011 y 2013 y están disponibles en Netflix desde el año 2020. En vista del éxito que obtuvo, la plataforma retomó la serie para producir una cuarta temporada, que ya puede ser vista desde el mes pasado, prácticamente con los mismos protagonistas originales.
En esta ocasión se centra en el personaje de Birgitte Nyborg que en la tercera temporada llegó a ser primera ministra de Dinamarca. En esta cuarta entrega tiene el cargo de ministra de relaciones exteriores y debe enfrentar una crisis política interna confrontando a las grandes superpotencias.
Dinamarca, por su cercanía con Rusia y tener bajo su mandato a Groenlandia, ocupa un lugar importante en la geopolítica mundial y es aliado de Estados Unidos y Europa al pertenecer a la OTAN.
El detonante de la historia de Borgen que lleva como subtítulo Reino, poder y gloria surge cuando una empresa aparentemente canadiense descubre un enorme yacimiento de petróleo en Groenlandia, y la ministra de relaciones exteriores tiene que intervenir para negociar con las autoridades “semiautónomas” groenlandesas por las ganancias que se podrían obtener de la explotación petrolera, que se estima podrían ascender a dos billones de coronas (aproximadamente 200 billones de dólares).
La trama se complica cuando descubren que un oligarca ruso posee acciones de la compañía que en teoría era canadiense, y luego averiguan que los chinos las compraron al ruso y son los accionistas mayoritarios.
Dada la posición política de Dinamarca con Estados Unidos, las negociaciones se complican con los chinos y con los groenlandeses a favor de la extracción de petróleo, y Birgitte, la ministra de relaciones exteriores, debe sortear la tormenta geopolítica, a la vez de enfrentar a los políticos de su país, pues como integrante del partido Nuevos Demócratas apoya las acciones en favor del medio ambiente y la explotación de combustibles fósiles en Groenlandia se contrapone con esa ideología.
Pero como política astuta, Birgitte sigue la frase de “tienes un punto de vista hasta que tienes otro”, y cambia hábilmente de opinión para apoyar la extracción de petróleo, lo que la conduce a la “tormenta perfecta” en el ámbito de la política danesa e internacional.
Si bien Dinamarca se considera como una democracia avanzada, lo que nos presenta la cuarta temporada de la serie Borgen es una clase política como cualquier otra en el mundo a la que le gusta aferrarse al poder y le cuesta trabajo dejarlo a sus adversarios.
Desconozco que tan apegada a la realidad se encuentra la serie al representar a los políticos daneses, pero llama la atención la austeridad del gobierno y de todos los funcionarios, empezando con la primera ministra. Las oficinas tienen mobiliario minimalista, se ve muy poco personal y el único lujo visible es tener un Mercedes con chofer. Las casas de los políticos también son austeras, pequeñas y sin personal de servicio, al grado de que ellos mismos preparan sus alimentos. Nada que ver con los ostentosos políticos mexicanos en el poder como el Presidente de la República que vive en un palacio, pero que presume tener solo un viejo Jetta blanco y volar en líneas aéreas comerciales, toda una farsa orquestada para sustentar la falsa austeridad republicana que pregona para engañar y así ganar más votantes.
La cuarta temporada de Borgen tiene una historia densa y con una trama complicada con muchos diálogos que implica que el espectador debe estar atento para poder seguir todas las tramas y subtramas de la serie. Yo detallé parte de la historia que tiene que ver con la ministra de relaciones exteriores y su entorno político, pero hay varios personajes que tienen su propia historia con tramas igualmente interesantes.
Como lo comenté en la reseña de las tres primeras temporadas que escribí en 2020, Borgen es como se le conoce al palacio de Christiansborg, sede de poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y de acuerdo a los expertos, es el único edificio en el mundo donde convergen los tres poderes. Incluso también algunas áreas son utilizadas por la realeza de Dinamarca, puesto que el sistema político danés es una monarquía parlamentaria con la reina Margarita II a la cabeza desde 1972.
A pesar de la densidad narrativa de la serie Borgen, considero que sí vale la pena ver esta nueva entrega que al concluir con un final feliz y abierto a nuevas historias, se vislumbra la posibilidad de una quinta temporada.