¡AL HUESO!
Se vale soñar
Cuando los agravados problemas del país exigen rectificaciones, abogar por el diálogo y la unidad para sumar ideas y esfuerzo, el Primer Informe -vista la publicidad previa- será una perorata matinal más.
“Los políticos son todos iguales. Prometen un puente incluso donde no hay río”. Kruschev.
Mexicanas y mexicanos.
Corresponde hoy, como Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, presentar ante la nación el primer informe de gestión del gobierno que encabezo.
Ha sido un año particularmente complejo, nuestro país ha enfrentado innumerables desafíos internos y externos, unos que vienen desde el pasado y otros derivados de los actuales cambios en los órdenes político y económico a nivel mundial.
A lo largo de estos primeros 12 meses, a través del diálogo abierto con los partidos, organizaciones de la sociedad civil, comunidades y especialistas en diversos rubros, hemos alcanzado una visión más certera y profunda de la compleja problemática que enfrenta nuestra patria, sobre las barreras que han frenado el desarrollo de las potencialidades y limitan el cumplimiento de lo que se comprometió ante los ciudadanos.
Arribamos a la conclusión responsable de un cambio necesario y profundo en las políticas y prácticas de gobierno. Por el bien de todos, se han definido acciones que aplicaremos en el curso de la administración, con acento en los rubros de mayor preocupación para la ciudadanía y que afectan principalmente a los mexicanos de menores recursos.
No es ético ni tolerable ver en distintas zonas del país a la población viviendo aterrorizada bajo el dominio de la delincuencia, víctima de asesinatos, secuestros, desapariciones y extorsión. Es obligación primaria del gobierno combatir la criminalidad con toda la fuerza del Estado y por ello hemos establecido cero tolerancia y activado todos los recursos para cumplir y garantizar la legítima aspiración a una vida libre y segura.
Avergüenza que ante la pasividad de los gobiernos, sean las familias -principalmente madres- quienes con sus propios recursos buscan a los desaparecidos. Estaremos con ellas y no volverán a ser revictimizadas por servidores públicos.
Esta nueva visión obedece al clamor de las víctimas y retoma un deber básico de gobierno. Implica actuar en todos los niveles, llevar al castigo de la ley desde los actores directos de los delitos, hasta quienes en diversos ámbitos del poder están involucrados, o les han encubierto y encubren, por tanto son cómplices.
Esta complicidad desde ámbitos de poder nos ha debilitado como nación, generó una dolorosa realidad interna y una deplorable imagen externa, vulnerando la soberanía al vernos sometidos a múltiples presiones como país.
Con pleno respeto a la autonomía de las fiscalías, hago una exigencia para que, con total apego a la legalidad, inicien y/o aceleren investigaciones sobre la multiplicidad de denuncias e indicios que involucran a funcionarios públicos con los criminales.
En el mismo sentido, he solicitado al Fiscal General de la República abrir investigaciones sobre casos evidentes de enriquecimiento de funcionarios y representantes solo explicable por corrupción. No solaparé a nadie e incluyo a mi propio entorno, porque quien nada debe, nada tiene que temer.
Como madre y abuela, sufro la situación de los menores con cáncer que carecen de las medicinas imprescindibles para sus tratamientos. Me duelen igualmente las penurias de la población que padece las carencias de los servicios de salud a cargo del Estado. Por lo tanto, será otra prioridad enfrentar radicalmente este fracaso gubernamental.
Se requieren racionalidad y recursos, por lo cual he decidido crear un Consejo Nacional de Salud integrado por profesionales experimentados, de hoy y del pasado, para redefinir políticas con inversión prioritaria y responder de manera eficaz a la exigencia ciudadana.
La acumulación de una alta deuda pública y la situación demeritada de la economía, producto de errores propios y un entorno internacional incierto, han reducido nuestra capacidad financiera y por tanto la disponibilidad de recursos gubernamentales.
Esta situación exige también cambio radical de orientación y he decidido, entre otras acciones, maximizar la apertura a la inversión privada como camino para recuperar y fortalecer la actividad económica, generar empleos bien remunerados, reducir la informalidad y acrecentar la recaudación fiscal. Implica evitar el despilfarro y suspender el gasto en obras del pasado sin rédito y que minan las arcas, entre otras el Tren Maya.
Por lo mismo, bajo reglas estrictas y supervisión del Estado, se reabrirá la inversión privada en el sector energético, de manera que tanto Petróleos Mexicanos como la Comisión Federal de Electricidad actúen en un marco de competencia y racionalicen sus operaciones productivas. Se debe eliminar ineficiencias con carga creciente para el Estado.
Este cambio de orientación, es previsible, enfrentará resistencias y habrá presiones sobre nuestro gobierno, pero hoy más que ayer estamos conscientes de que la situación actual de México no es sostenible. Se requiere un cambio de fondo, con acciones inmediatas.
Tenemos un país de enormes potencialidades, pero socialmente dividido, confrontado, con profunda desconfianza y escepticismo ante las autoridades, cuando hoy se requiere unidad y esfuerzo en la causa de resolver nuestros desafíos y despejar camino al futuro.
Seré la primera en abandonar el enfrentamiento estéril, la confrontación destructiva y conducirme como Jefa de Estado, con apertura, comprensión y diálogo, a fin de construir espacios en que todos sumemos y juntos cambiemos hacia lo positivo el curso de nuestro querido México.
(Es solo un sueño de opio. Con los pies en la tierra, en el Primer Informe solo podemos esperar una repetición más extensa en tono y contenido de lo que son las peroratas matinales).