Opinión
Viernes 26 de Abril del 2024 12:00 hrs

De Expectativas y Cosas Peores (sin referencia a Catón)


El Programa de Combate a la Inflación y la Carestía, PASIC dicen que se llamará, no toma en cuenta que las leyes del mercado son más fuertes, más tenaces que las de la política electoral. La inflación se controla con el equilibrio entre oferta y demanda; oferta precedida por producción, estimulada por productividad, sembrada por inversión, regada por confianza

Escribo estas líneas a la víspera que el Gobierno Federal presente el Programa de Combate a la Inflación y a la Carestía; hay mucha especulación por la información que el propio presidente ha filtrado en sus conferencias matutinas, y muy pocas esperanzas de lo que pueda anunciar. 

Seguramente, para esta hora, en la que está leyendo estas lineas, el plan ya ha sido anunciado y habrá más ruido, no necesariamente más información; los medios replicarán un plan incompleto, de poca profundidad, con profunda carga ideológica y poca realidad. 

No hay duda que el plan tendrá los tres elementos de política pública de este gobierno, los mismos que nos repiten todos los días, igual en la presentación de una propuesta de reforma que en un programa social; el populismo, la politiquería y la improvisación. 

Desde su inauguración, la Cuarta Transformación nos dejó ver que este sería su leitmotiv, su guía de acción, el motivo que se repite determinando el fracaso en las políticas públicas, las acciones de gobierno y los proyectos de infraestructura que ha intentando implementar… no identifico una sola que se considere exitosa, aún las que se deberían dar sin esfuerzo, como los programas sociales, resultan en mayores costos que beneficios para los mismos beneficiarios y la sociedad. ¡Está documentado!

Son predecibles, cantando el mismo discurso adaptado a la circunstancia, incapaces de dar soluciones novedosas, miopes para la estrategia y ciegos a la realidad.

Tan predecibles son, que me atrevo a hacerle de oráculo, adivino, vidente, mentalista, como quiera que le quieran llamar. Lo hago por diversión, entretenimiento intelectual. 

Miércoles, mañanera; el maestro de ceremonias camina por detrás del escenario para tomar posición; en el atril, sin perder tiempo comienza, presenta a los que le acompañan, que van ocupando las sillitas del lateral. Se acomodan, por parte del oficialismo, Rogelio Ramírez de la O, Ricardo Scheffield, Claudia Sheimbaum, y Francisco Cervantes o Vicente Yáñez, por parte de la IP. 

En su cortado y lento hablar, presentará el gran acuerdo alcanzado, impulsado por su sabiedad, para la economía popular. Es lo mismo que nos ha ido adelantando. No es control de precios, solo precios controlados, para 24 productos en todo el territorio nacional. 

Parece pequeño el esfuerzo, improvisado el programa y fácil la coerción. Se muestra nerviosismo e inquietud de los que permanecen sentados. Una versión actualizada de Arturo Herrera y Carlos Salazar cuando, durante presentación del paquete de inversión, a sabiendas de que lo que se dice dista de ser verdad, arriesgan mucho si lo denuncian o deciden no estar.  Se percibe veladamente una gran diferencia; el respeto a un presidente en los linderos de lo radical se ha perdido por los que no son sus subordinados.

Ramírez de la O tomará la palabra para explicar el acuerdo alcanzado. El Secretario de Hacienda es un actor discreto, que por haber encabezado los acuerdos de este plan, no puede faltar, pero no hablará de más. Ricardo Sheffield por otro lado, a quien sí le gusta hablar, se dará vuelo en filminas y explicaciones que a todos dejaran igual, con las mismas incertidumbres.  El representante de la iniciativa privada preferirá no hablar. 

Al retomar el micrófono López Obrador, insistirá en aclarar sus posiciones; denunciará a los del pasado desmarcándose de ser igual, expondrá a priori, a aquellos que no prefieran perder su patrimonio que mantener precios para el consumo popular, son conservadores, neoliberales, clasemedieros aspiracionistas, dirá. 

La economía es una ciencia exacta, capaz de modelarse matemáticamente con precisión, mientras que, también, es una ciencia social; la expectativa, la psique, el humor de la sociedad, la convierte en realidad.

El Programa de Combate a la Inflación y la Carestía, PASIC dicen que se llamará, no toma en cuenta que las leyes del mercado son más fuertes, más tenaces que las de la política electoral. La inflación se controla con el equilibrio entre oferta y demanda; oferta precedida por producción, estimulada por productividad, sembrada por inversión, regada por confianza. 

Confianza que, por ser un gobierno que nos repite el populismo, la politiquería y la improvisación, está fuera de toda expectativa. 






OPINION

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