Opinión
Jueves 25 de Abril del 2024 20:30 hrs

Historias Electorales VI; Va X México


Va X México es la muestra del futuro democrático que queremos alcanzar. La negociación que llevó a esta alianza es el mejor augurio de su capacidad de producir el beneficio que la 4T nos ha negado

Las campañas electorales del 2021 serán recordadas como la máxima muestra de pragmatismo electoral. El pragmatismo en la economía y la política pública es el deber ser; se debe buscar la forma más eficiente, efectiva y sustentable de procurar el bienestar, en un sentido amplio de la palabra, de la población. Pero no debemos de confundirnos, el pragmatismo electoral no es el tipo de pragmatismo que un gobierno debe demostrar al diseñar e implementar su política pública.

El pragmatismo electoral que ejercita el Presidente de la República ha sido, entre otras cosas, lo que le ha alejado del mínimo resultado positivo en economía, seguridad, salud, educación o bienestar. En ese sentido la alianza de Va X México, al ir ganando preferencias que le lleven a arrebatar la mayoría en la Cámara de Diputados le hace un favor a México y a López Obrador. Al generar el contrapeso que lo obligue a dejar atrás caprichos, complejos de grandeza y sueños de inmortalidad para sentarlo a la mesa a buscar coincidencias, negociar y conceder donde no las hay.  

La realidad con la que se topa un gobierno es muy compleja. Es mentira que la visión de una persona, totalitaria y simplista puede dar resultados positivos. No se puede hablar solamente de ganar o perder, bien o mal, todo o nada. La implementación de la política pública, por más buena que pueda ser, trae consigo claroscuros; concesión de perjuicios parciales a favor del beneficio de la mayoría.

Va X México es la muestra del futuro democrático que queremos alcanzar. La negociación que llevó a esta alianza es el mejor augurio de su capacidad de producir el beneficio que la 4T nos ha negado.

Quién no ve con gusto a la alianza partidista es prisionero de una visión totalitaria de la política que tiene arraigo por siglos; quién no está conmigo está contra mi, es blanco o es negro, no hay tonos de gris. Es la misma idiosincrasia que nos lleva a construir, como sociedad, mitos de héroes y villanos que nublan nuestra capacidad de entender la realidad. Es la herramienta que López Obrador ha utilizado para engatusar al pueblo, es donde creció y lo único que conoce.

Entre el fin de la Revolución y la apertura democrática los procesos de negociación política se dieron en la nomenclatura priista, un pequeño grupo en posición de poder. Ocultos para la sociedad que solamente veía el resultado final; el candidato que lo es todo o el expresidente que se autoexilia hacia la nada. El sistema procuraba la estabilidad política y la gobernabilidad de México por sobre el desarrollo de la sociedad.

Con la apertura democrática, la negociación; las coincidencias y concertaciones, se hicieron visibles y abiertas al ciudadano. Un ciudadano que no había sido expuesto al encono y tensión de una negociación complicada, un ciudadano que veía en las personas que se esforzaban por conciliar intereses a tiranos repartiéndose el botín, un ciudadano que no entendió que era el momento de asumir la responsabilidad del propio futuro a forjar.

Los pocos que lo entendieron fueron los que formaron asociaciones civiles para involucrarse en la vida pública del país. Fueron, también, los que empujaron a la creación y consolidación de los organismos autónomos para la regulación y contrapeso a las decisiones políticas.

No hay duda que en las últimas tres décadas se han cometido abusos inexplicables pero, aquellos que no fueron contenidos por las nuevas instituciones, tarde o temprano, salieron a la luz, por la acción de estas. En muchos casos la sociedad, en su conjunto, no fue capaz de denunciar y contrarrestarlos, pero los grupos organizados de la sociedad civil y los organismos independientes, aquellos que hoy tanto critica el presidente, no dejaron que pasaran impunes.

Estos son los grupos y organismos que están detrás de Va X México. Los que, ante la miopía de los intereses partidistas, lograron que la oposición se sentara a negociar, buscando coincidencias y cediendo donde no las hay.

Es el tipo de pragmatismo que en el gobierno da resultados de los que tanto carece la cuarta transformación. Por eso sostengo; quitarle la mayoría es el mejor favor que Va X México le puede hacer al gobierno de López Obrador.

 

 






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