Opinión
Martes 16 de Septiembre del 2025 12:20 hrs

La Cuarta Transformación: una idea plagiada y degradada por López Obrador.


Un Llamado a la Insurgencia Cívica en el 215 aniversario de la Independencia Nacional

“El dilema por el que atraviesa el PRI es apostar a que no pasa nada, o bien iniciar el desmontaje de dicha red de intereses y empujar una reforma partidaria que coloque al partido en el escenario de las grandes transformaciones por venir, mismas que deberán tener la dimensión de la Independencia, la Reforma o la Revolución. Es decir, hacer una transformación cosmética que sólo atienda a ciertas necesidades actuales del partido, o bien cambiar pensando en una sociedad que exige democracia, justicia, desarrollo equitativo y paz con dignidad”.

Así lo planteé en el artículo que publiqué en La Jornada el 21 de septiembre de 1996, en el marco de la XVII Asamblea Nacional del PRI. Y lo sostuve también en múltiples foros nacionales de la época. La propuesta de una Cuarta Transformación no nació como consigna, sino como una agenda ética, democrática y participativa, construida desde abajo, con objetivos claros, metas verificables y mecanismos de evaluación social.

No me inquieta el plagio. Lo que me indigna es la vulgarización del concepto, su vaciamiento ético y la burda caricatura en que lo convirtió Andrés Manuel López Obrador. Lo que debía ser un proceso colectivo fue reducido a una consigna personalista, sin sustancia ni rumbo.

Andrés Manuel López Obrador no plagió una idea: la desfiguró. A lo largo de su trayectoria ha demostrado que lo suyo no es la planeación estratégica ni la visión de Estado. Lo que lo define es la concentración del poder, la improvisación y el desprecio por la institucionalidad democrática. Ha privilegiado sus alianzas con los grandes capitales —Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Bailleres, Ricardo Salinas Pliego— y con transnacionales que se pliegan a sus caprichos. Lo ha dicho él mismo. Las pruebas abundan, y algún día las documentaremos con rigor.

De la mafia del poder al club de los aliados

Uno de los giros más reveladores —y vergonzosos— de la narrativa presidencial quedó plasmado en su propio libro A la mitad del camino, publicado en 2021. En ese texto, López Obrador reconoce que durante su etapa como opositor señalaba a Slim, Larrea, Bailleres y Salinas Pliego como parte de la “mafia del poder”. Sin embargo, ya como presidente, los describe como empresarios “respetables” con quienes mantiene una relación de entendimiento y colaboración.

Lo que antes era denuncia, se convirtió en alianza. Lo que antes era mafia, se convirtió en club. Lo que antes era símbolo de injusticia, se convirtió en socio estratégico. Esta mutación discursiva revela que la Cuarta Transformación no fue una confrontación con las élites económicas, sino una reconfiguración de pactos bajo una narrativa de cambio.

Soberanía simulada

Morena ha sostenido un discurso de defensa de la soberanía nacional. Pero frente a hechos como la reafiliación de Jaime Bonilla Valdez al Partido Republicano de Estados Unidos, el silencio ha sido absoluto. Bonilla reapareció como votante registrado en California, afiliado al partido que hoy gobierna ese país. Esta reafiliación representa una lealtad política que contradice los principios de autodeterminación que Morena dice defender.

A esto se suma el viaje que López Obrador realizó a Washington en julio de 2020, en plena campaña presidencial de Donald Trump. A pesar de haber publicado un libro crítico sobre él, decidió reunirse con el mandatario en uno de sus pocos viajes internacionales. Trump aprovechó el encuentro para difundirlo ampliamente, incluso mediante spots dirigidos a la comunidad mexicana en Estados Unidos.

Si lo hizo con fines electorales, es grave. Si lo hizo sin entender las implicaciones, estamos ante una ignorancia política que afecta nuestra capacidad de negociación como país.

Megaproyectos: el costo de la simulación

A pesar de haber tenido gobiernos malos y ladrones, ninguno se había atrevido a cometer una acción tan groseramente sinvergüenza como los sobrecostos de los megaproyectos de López Obrador:

• Tren Maya: prometido en 150 mil millones de pesos, terminó costando más de 544 mil millones.
• Refinería Dos Bocas: anunciada en 8 mil millones de dólares, cerró en más de 20 mil millones.
• AIFA: presupuestado en 74 mil millones, superó los 116 mil millones.
• Corredor Interoceánico: duplicó su costo inicial sin cumplir sus objetivos.

Y para ocultar estos excesos, se emitieron decretos que declaran las obras como “de seguridad nacional”, reservando la información sobre sus costos reales. La opacidad se institucionalizó.

Financiamiento a la intervención

Jaime Bonilla Valdez no solo se reafilió al Partido Republicano, sino que también realizó aportaciones económicas a campañas de candidatos como Duncan Hunter, quien pidió públicamente al gobierno estadounidense invadir México. ¿Cómo puede alguien que ha financiado a quienes promueven la intervención militar haber sido gobernador bajo el partido que dice defender la soberanía?

Los registros oficiales muestran que Bonilla aportó miles de dólares a campañas republicanas entre 1992 y 2003. Morena guarda silencio. López Obrador guarda silencio. Y ese silencio es cómplice.

Reciclaje político y complicidad delictiva

La operación para ampliar el mandato de Bonilla de dos a cinco años fue orquestada por el entonces panista Carlos Torres Torres, ahijado político de Felipe Calderón y hermano de Luis Torres Torres, señalado por actividades ilícitas en las aduanas fronterizas. Bonilla promovió el crecimiento de cuadros panistas dentro de Morena, y estos establecieron arreglos con grupos delincuenciales, replicando prácticas que él mismo ejerció desde los tiempos del gobierno de Xicoténcatl Leyva.

Fue entonces cuando se le entregó la administración del periódico Baja California y del equipo de béisbol Los Potros de Tijuana, que —según denuncias documentadas— fue utilizado para lavar dinero del cártel de los Arellano Félix. Por estas acciones, tanto el equipo como Bonilla fueron expulsados de la Liga Mexicana de Béisbol.

De Badiraguato a la Realidad: el sur que AMLO no quiso mirar

Durante seis años, Andrés Manuel López Obrador repitió con fervor su lema: “Primero los pobres”. Pero en la geografía del poder, no todos los pobres fueron iguales. Mientras Badiraguato —cuna de capos del narcotráfico— recibió cinco visitas presidenciales, carreteras multimillonarias y atención mediática, Chiapas fue relegado al silencio. No hubo giras a comunidades indígenas, ni supervisiones en San Andrés Larráinzar, ni conferencias desde Ocosingo. El sur rebelde, indígena y zapatista fue ignorado, como si su dignidad incomodara, como si su memoria fuera un obstáculo.

En Badiraguato se pavimentó el camino. En Chiapas, se dejó que el lodo siguiera siendo la única ruta. Mientras allá se construyó una carretera de casi 3,000 millones de pesos, acá se negó una vía que cuesta la mitad y conecta comunidades que aún caminan tres horas para llegar a una clínica. Mientras allá se habló de desarrollo, acá se permitió que bandas criminales ocuparan el vacío institucional, asumiendo el papel que en el pasado jugaron los paramilitares: controlar, dividir, intimidar.

¿Fue olvido? ¿Fue negligencia? ¿O fue una estrategia para desgastar el zapatismo, para debilitar el ejemplo de autonomía, resistencia y dignidad que incomoda al poder?

La brecha entre el discurso y la práctica se mide en kilómetros de lodo, muertes evitables y generaciones excluidas. Porque si el Estado puede construir caminos en la tierra del narco, también puede —y debe— construirlos en la tierra de la dignidad.

Memoria, congruencia y dignidad

La Cuarta Transformación no fue construida desde abajo, ni con metas medibles, ni con mecanismos de verificación social. Fue una consigna unilateral, autoritaria y narcisista. Fue el refugio discursivo para justificar lo injustificable. Fue el simulacro de soberanía mientras se financiaba a candidatos republicanos que pedían invadir México. Fue el silencio ante la reafiliación de Bonilla. Fue el decreto para ocultar los sobrecostos obscenos. Fue la traición a la memoria de quienes sí lucharon por una transformación real.

Y fue también una tragedia medible:

• Más de 221,000 homicidios dolosos acumulados durante los gobiernos de Morena.
• Más de 125,000 personas desaparecidas en el mismo periodo.
• 20 millones de mexicanos se quedaron sin servicios médicos gratuitos tras la desaparición del Seguro Popular.
• La deuda pública pasó de 10.8 billones de pesos en 2018 a más de 17.6 billones en 2025.
• El déficit fiscal se duplicó: de 2% del PIB en 2018 a 4.9% en 2024, comprometiendo la estabilidad financiera del país.


Estas cifras no son estadísticas: son heridas abiertas. Son vidas perdidas, familias rotas, hospitales vacíos, comunidades abandonadas y generaciones condenadas al rezago.

Pero la memoria no se cancela. La congruencia no se negocia. Y la dignidad no se vende.

Desde hace décadas, muchos de nosotros hemos trabajado por una transformación auténtica, ética, democrática y territorial. Lo hicimos desde el Grupo Exhorto, desde las universidades, desde las colonias populares, desde las marchas, desde los archivos de vigilancia estatal convertidos en crónica viva. Lo seguimos haciendo hoy, desde la palabra, desde la denuncia, desde la pedagogía de la memoria.

Hoy, desde Guadalupe, Nuevo León, desde Tijuana, y la Comarca Lagunera, desde San Quintín Chiapas hasta San Quintín, Baja California, desde cada rincón donde la dignidad resiste, hacemos un llamado claro:

Que se levanten los pueblos.
Que se convoquen las conciencias.
Que se movilicen las memorias.
Que se construya una nueva transformación, sin simulación, sin caudillos, sin pactos con el crimen ni con el capital.
Una transformación que no se maquille con discursos, sino que se mida en justicia, en caminos, en agua, en pan, en paz.

Porque México no necesita otra consigna.
México necesita verdad.
México necesita reparación.
México necesita que el sur deje de ser periferia y se convierta en centro ético de la nación.

Convocamos a una movilización nacional por la congruencia, por la justicia territorial, por la memoria viva.
Convocamos a los que no se rinden, a los que no se venden, a los que no olvidan.
Convocamos a los que saben que la dignidad no se negocia.

Guadalupe, Nuevo León
15 de septiembre de 2025

En el 215 Aniversario de la Independencia Nacional.






OPINION

Fuenteovejuna

No sean ingenuos. El narco-poli de Tabasco negociará y callará. Y si por angas habla, no pasará nada. El único que apuntó dedo fue “El Mayo” y el gober Rocha ahí sigue…

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