Opinión
Viernes 26 de Abril del 2024 12:30 hrs

Pensar Globalmente, Actuar Localmente


No estamos logrando pensar globalmente y actuar localmente. En todo caso, lo estamos haciendo al revés

¿Qué nueva hay en las empresas de la región? Preguntó el reportero.

Todo y nada al mismo tiempo, respondí. Hay mucha información, muchas cosas que están cambiando constantemente, muchos retos, mucha incertidumbre.

Al mismo tiempo no pasa nada. El remolino en que estamos metidos, los cambios constantes ya son la normalidad y nos estamos acostumbrando a ello, a reaccionar ya cuando el niño se ahogó. Vemos venir los problemas y pareciera que nos cuesta tomar decisiones.

La respuesta otorgada hace apenas unos días respuesta resonó con la noticia ésta mañana, relatada por el mismo reportero, sobre la profunda y, al parecer, insalvable crisis, en la cual está inmersa una empresa local icónica, que, apenas hace unos años, compraba a un competidor en Michigan que lo llevaría a ser el líder indiscutible en América Latina.

Dos cosas son impactantes de la noticia y  contribuyen al estupor en el que vivimos: la amenaza de emplazamiento a huelga a una empresa postrada por los cambios e inestabilidad, producto del remolino de situaciones que las MIPYMES han tenido que sobrellevar en el mundo y, especialmente, en México. Muestra de que las prioridades cambiaron. Amenaza hecha por quién, pocos meses atrás, hubiera privilegiado, ante todo, la paz laboral y el modelo de productividad trabajador-empresa de Coahuila.

La segunda, mucho más profunda, es la muestra palpable, en una parte del icono industrial de la comunidad, de los cambios para los que no nos estamos  preparado, que se aceleran exponencialmente, y que nos dejan pasmados.

La noticia publicada sobre las agonía de Ditemsa es solo un grano de arena en el mar de sucesos que vivimos a diario; todo lo que pasa, sobre lo que no está pasando nada; no se toman decisiones y cuando se toman, no son oportunas.

No estamos logrando pensar globalmente y actuar localmente. En todo caso, lo estamos haciendo al revés.

Pensar globalmente y actuar localmente es una expresión que usamos en muy diversos ámbitos; nos resume la capacidad que tendríamos de ver el bosque completo y, cuidando el árbol que nos toca, contribuir a su grandeza.

Pensar globalmente y actuar localmente es hoy más difícil que nunca, a los empresarios nos cuesta trabajo traducir toda la información que recibimos de las tendencias globales, en acciones dentro de los grupos de trabajo que dirigimos en casa.

Mientras que los funcionarios y gobernantes están más interesados en convencer al mercado electoral para mantener el poder que en gobernar.

Los liderazgos hoy, no alcanzan a ver el bosque completo y la relación que tiene cada árbol entre sí para el bienestar de todos, incluyendo el propio. Cada quién está cuidando su pequeño tronco mientras el bosque se quema, pensando que ese árbol es todo lo que existe, todo lo que vale la pena salvar.
En este ambiente es fácil dejar de hablar de la paz laboral y la cultura de productividad en cooperación y coordinación entre empresa y trabajadores para seguir los ejemplos del discurso polarizante. Así, esa tendencia global nos llega a lo local.

La polarización de las cabezas contagia a las esferas de la sociedad. Las ideas incendiarias se diseminan al no encontrar otro camino. Terminamos conformándonos con ser dueños de las cenizas del bosque, en lugar de compartir la sombra y cobijo que en conjunto los árboles del bosque dan.

Mucho está pasando y, a la vez, no pasa nada. Putin quiere ser el re constructor de la grandeza de Rusia y no ve que lo lleva a la ruina. Boris Johnson, no puede dejar de mentir y supeditar el bienestar del Reino Unido a sus placeres personales. Bolsonaro, en Brasil, y Trump, en Estados Unidos, están dispuestos a dividir su país en dos, destruirlo enfrentando a los ciudadanos, solo para mantenerse en el poder. Xi Jinping quiere retroceder un siglo a los tiempos de Mao.

En México, tenemos a nuestro López Obrador, que ésta dispuesto a engañarse a sí mismo con el sueño de una gran transformación.
Por eso hoy, pensar globalmente y actuar en la localidad, en lo personal y de los que nos rodean, es más importante que en cualquier otra era de la humanidad.






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