Opinión
Martes 19 de Marzo del 2024 02:39 hrs

Pantalla

Perversidad sin límites en Descuida, yo te cuido


La reseña de una bien estructurada película, se acompaña de una reflexión sobre el asunto de fondo que la misma trata: la fragilidad de los ancianos cuando ya no se pueden valer por sí mismos

En la película Descuida, yo te cuido, disponible en Netflix, encontramos una comedia negra donde el personaje central de Marla Grayson traspasa los límites morales aprovechando las “bondades” de la ley de Estados Unidos sobre la tutoría legal de adultos mayores.

Marla tiene un negocio “redondo” mediante la complicidad de autoridades, dueños de asilos, médicos y socios para buscar ancianos con cierta capacidad económica y estafarlos al convertirse en su tutora legal con el argumento de que no pueden valerse por sí mismos. La tutoría se la otorga un juez y le da control absoluto sobre la vida y bienes del adulto mayor. Prácticamente los secuestra sin que puedan hacer algo al respecto.

El negocio de Marla marcha bien hasta que un día una de sus cómplices, la doctora Amos, le recomienda una de sus pacientes como la “víctima perfecta”. Se trata de Jennifer Peterson, mujer de cerca de 70 años, jubilada, con casa propia, que vive sola y aparentemente no tiene hijos ni parientes. Marla fácilmente consigue ser tutora legal de Jennifer. Con la orden del juez la saca abruptamente de su casa y la interna en un asilo con la confabulación del administrador. La mantiene aislada y empieza a hacer uso de sus bienes.

Y de pronto la película da una giros argumentales sorpresivos. La señora Peterson no es la anciana dulce e inocente que parecía ser y la historia toma rumbos que conducen a una serie de sucesos que cambian radicalmente la trama. Cada vuelta de tuerca tiene desenlaces inesperados como sucede generalmente en este tipo de comedias negras donde no hay ni un solo personaje moralmente bueno. Todos son malos, villanos, ruines, perversos y desagradables.

La actriz inglesa Rosamund Pike interpreta de manera extraordinaria a la malvada Marla que no conoce límites morales para conseguir lo que se propone. Una mujer calculadora que todo lo mide en términos económicos sin importar a quien pueda afectar. El personaje de Marla le ha dado a la actriz varios reconocimientos y premios. Aún y cuando el papel protagónico recae totalmente en Pike, está cobijada por un buen elenco, Dianne Wiest como la señora Jennifer Peterson, la mexicana Eiza González como Fran, la pareja de Marla; así como Peter Dinklage como el mafioso Roman.

A pesar de que el guión de Descuida, yo te cuido está bien estructurado alrededor del papel principal de Marla, me parece que el final (que no puedo contar) fue una salida muy fácil y con cabos sueltos del director y guionista J Blakeson que hasta cierta forma favorece a la malvada protagonista. Ya lo juzgarán los que vean la película y sabrán a qué me refiero con “salida fácil”.

La actuación de Rosamund Pike me recordó su participación en la película Perdida (2014) dirigida por David Fincher y haciendo pareja con Ben Affleck, en un papel de malvada con trastornos de personalidad con una actuación muy similar a la de Marla. Si no la han visto, se las recomiendo, está disponible en PrimeVideo de Amazon. Yo la vi de nuevo y realmente es un buen thriller donde el suspenso y las vueltas de tuerca están presentes a lo largo de las más de dos horas que dura la película con un final sorpresivo e inconcluso.

Algo que me llamó la atención sobre la historia de fondo de Descuida, yo te cuido, es que en Estados Unidos y en países de primer mundo donde sí existen gran cantidad de asilos de ancianos de buena calidad, sí pueden llegar a pasar situaciones similares a las que plantea la película, donde un profesional puede solicitar a un juez la tutoría legal de un adulto mayor y abusar de ese poder para apropiarse de bienes o recursos financieros de ancianos indefensos. En México no es tan frecuente porque no hay tantos asilos y por lo general la mayoría de los adultos mayores terminan viviendo con sus hijos o familiares, que muchas veces, como en la película, también abusan dejando a sus padres sin bienes ni recursos financieros.

Y es que  las cifras del negocio de los asilos es impresionante en Estados Unidos. Solo un dato: “En el 2017, los 15,600 hogares de ancianos del país generaron ganancias de cerca de $166,000 millones de dólares, un poco más de lo que percibieron los hoteles del país con la renta de sus habitaciones. Además, casi todos los residentes de los hogares de ancianos pagan aproximadamente lo mismo que los huéspedes de un buen hotel por alojarse una noche.”

Y una estadística aún más aterradora a causa de la pandemia que llevó a una gran tragedia: “Para la cuarta semana de junio de 2020, por lo menos 54,000 residentes y empleados de hogares de ancianos y otros centros de cuidados a largo plazo en Estados Unidos habían fallecido a causa del coronavirus. Casi 264,000 personas se contagiaron en 9,912 centros”.

Hay otra estadística que destaca: “Quienes viven en centros de cuidados a largo plazo representan menos del 1% de la población de Estados Unidos; sin embargo, el 43% de todas las muertes causadas por la COVID-19 hasta junio ocurrieron en esos centros”. A la fecha se calculan más de 100,000 muertes en asilos, y este mismo trágico fenómeno también se presentó en países europeos como Italia, Francia, España y Reino Unido, entre otros.

Aunque Descuida, yo te cuido es una película de ficción, su historia invita a la reflexión sobre la fragilidad de los ancianos cuando ya no se pueden valer por sí mismos, no solo en Estados Unidos sino en cualquier parte del mundo.






OPINION

Fuenteovejuna

En los extremos, uno confeso derechista el otro fingiendo izquierda, populistas ambos, los mismos métodos. Trump algo peor: Amenaza incendiar USA si no es él…

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