Una Opinión Infundada

A medida que las auditorias sean revisadas a mayor profundidad y detalle, la información comprobatoria de negligencia y corrupción en la Cuarta Transformación va a demostrar que las escaleras, en esta materia, no se barren de arriba para abajo

En el ambiente de polarización que vivimos es algo esperado que el Informe del Resultado de la Fiscalización de la cuenta pública del 2019 por parte de la Auditoria Superior de la Federación levante todo tipo de opiniones encontradas. Seguramente va a dar mucho más que hablar.

Personalmente me parece que, a estas alturas, las opiniones volcadas son infundadas, no tanto porque, en la gran cantidad de información y resultados presentados, no exista evidencia de negligencia o dolo, error u omisión, o, lo que quisiéramos que fuera, un desempeño gubernamental responsable con sólidas bases técnicas. Sino porque, efectivamente, la información es tanta, y las implicaciones que esta puede presentar son tan diversas, que no existe forma alguna que cualquier opinión o juicio vertidos en unas cuantas horas o, inclusive, varios días, puedan tener el rigor analítico que permita dar un juicio de valor final, sustentable, inclusive para los miembros del mismo equipo que ha realizado el trabajo de recolección de información y análisis.

Por esta razón estoy convencido que David Colmenares, el Auditor Superior, demostró su gran valía y responsabilidad al presentar los informes con el acostumbrado profesionalismo y, sobre todo, de una forma imparcial sin meterse en temas políticos a favor o en contra de nada ni de nadie. Inclusive, en las entrevistas que dio, la mayor parte que fueron posteriores a las declaraciones del Presidente desestimando los resultados presentados, mantuvo la misma seriedad y calidad técnica y profesional, abriendo la puerta a la revisión y, de ser necesario, la corrección que pudiera dar lugar, dejando egos e ideologías para otras ocasiones.

De esta forma se demostró que la Auditoria Superior de la Federación, aun cuando puede estar sujeta a increíbles presiones políticas por los más diversos individuos y grupos, máxime por ser un órgano que surge de la Cámara de Diputados que, en la actualidad, tiene un grupo mayoritario, fuertemente ideologizado, con mucho poder y alineado al Poder Ejecutivo, es un instrumento invaluable para los ciudadanos mexicanos.

Quiero hacer énfasis en esta afirmación; La Auditoria Superior de la Federación demostró que es un instrumento invaluable para los ciudadanos mexicanos”

Podemos decir que el Presidente fue benévolo en su tribuna pública el lunes por la mañana. Muchos esperábamos una descalificación agresiva, sanguinaria, que cayera como guillotina sobre la ASF, marcando, como lo ha hecho con otras instituciones y organismos de la sociedad civil, la renuncia del titular y la desaparición por dedazo o la asfixia privándola del presupuesto necesario para ejercer su función. Esto no sucedió; con la conocida sonrisita socarrona, y en aparente buen humor, solamente los calificó de exagerados. No dejó de insinuar que, con sus datos erróneos, servían a los enemigos, los conservadores y neoliberales.

Dudo mucho que las revisiones, tan amablemente ofrecidas por David Colmenares, den resultados diferentes de los que, de forma muy somera, conocemos hasta este momento: un total de irregularidades por 67 mil 498.4 millones de pesos entre todas las entidades auditadas, donde destacan más de 22 mil millones de pesos en el sector de Comunicaciones y Transportes, y las observaciones de “desempeño” y deficiencia metodológica en la cuantificación del costo de la cancelación del NAIM.

A medida que las auditorias sean revisadas a mayor profundidad y detalle por los grupos organizados de la sociedad civil, los comunicólogos investigadores, grupos de académicos y los propios procedimientos y acciones de seguimiento de la ASF y otras instancias avancen, la información comprobatoria de negligencia y corrupción en la Cuarta Transformación va a demostrar que las escaleras, en esta materia, no se barren de arriba para abajo; que la honradez del Presidente, asumiendo su pulcritud plena, no significa la honradez de sus colaboradores.

Ahí es cuando el Presidente perderá su buen humor y volverá sus ataques más agresivos y sanguinarios. En ese momento es cuando hay que estar preparados para defender a esta institución, aun a pesar de su relación con la Cámara de Diputados – el representante ciudadano que no representa a la ciudadanía sino a Andrés Manuel. Hay que estar preparados para defender la ASF, su autonomía técnica y de gestión, a como de lugar.

Y, pues, bueno… terminé haciendo lo que dije que no debía de ser; di mi opinión infundada.