Opinión
Lunes 15 de Diciembre del 2025 01:40 hrs

Pantalla

Viudez, suicidio y orgasmo


Así, en un ambiente neutral como lo es una fría habitación de hotel y donde nadie puede escucharlos, van aflorando los hechos más relevantes de la vida de cada uno de ellos, la de Nancy mucho más larga que la de Leo, y se van quitando capas de las máscaras con las que iniciaron su primer encuentro

“La vejez no depende de los años,

sino de las ilusiones por cumplir”

Dr. Enrique Rojas

Un vecino gruñón y Buena suerte Leo Grande son dos comedias dramáticas con un cierto grado de humor negro. La primera se desarrolla en Estados Unidos, y la segunda, en Inglaterra. Son películas que hacen pasar un buen rato con momentos que van de la tristeza a la risa y viceversa, pero que al final dejan un sentimiento emocionalmente agradable.

Un vecino gruñón (A Man Called Otto, 2022) cuenta la historia de Otto, un adulto mayor viudo, extremadamente cascarrabias y demasiado metódico y controlador que vive en un vecindario -una especie de privada- en Pittsburgh. Está carcomido por el resentimiento después de la fatídica muerte de su joven esposa; y para colmo, al inicio de la cinta lo jubilan de su trabajo. En definitiva, la vida no lo hace feliz. Su único escape y entretenimiento es estar malhumorado en contra de sus vecinos a quienes fastidia constantemente para que cumplan a cabalidad todos los reglamentos del vecindario.

Otto es tan meticuloso y ordenado que antes de intentar suicidarse -por primera vez- cancela todos los contratos de los servicios domésticos, pero cuando está a punto de hacerlo escucha el ruido que hacen Marisol y Tommy, familia mexicana que se está mudando a la casa de enfrente, y sale a encararlos por la molestia que le están causando, encuentro que marcará un antes y un después en la vida de amargura de Otto.

Lo que la película nos va narrando es a base de flashbacks la vida de Otto cuando conoce a su esposa y su vida matrimonial hasta la muerte de su compañera, a la vez que va mostrando la transformación de Otto al reintegrarse a la comunidad de vecinos antiguos y a la pareja mexicana recién llegada, y los cambios que logra con ello en ese microuniverso de una parte de la sociedad norteamericana actual, con un claro mensaje de que cuando el individuo hace comunidad, por más pequeña que sea, sale adelante. En lo personal, me hizo recordar mi infancia que la pasé en un vecindario donde no solo conocía a todos mis vecinos sino que mantenía una convivencia cotidiana con todos ellos, y reflexioné sobre cómo se ha perdido ese sentido de comunidad entre vecinos.

Un vecino gruñón es una película bien balanceada entre la comedia, el drama y la tragedia que logra contar de una muy buena manera, principalmente contando con actuaciones destacadas de Tom Hanks en el papel de Otto y los mexicanos Mariana Treviño y Manuel García-Rulfo como Marisol y Tommy. La dirección bastante acertada con el manejo adecuado y muy equilibrado entre la comedia y el drama estuvo a cargo del suizo-alemán Marc Forster.

La cinta es un remake de la película sueca titulada Un hombre llamado Ove (2015), éxito de taquilla en Suecia y nominada al Oscar en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera, y a su vez basada en la novela del mismo título del escritor sueco Fredrik Backman, novela que ha vendido millones de ejemplares alrededor del mundo, particularmente en Suecia y Estados Unidos.

En cuanto a la segunda cinta que hoy comento, Buena suerte Leo Grande, la protagonista -Nancy- es una viuda de cerca de sesenta años en Inglaterra. El marido murió dos años antes del momento en que inicia la película, y poco a poco nos vamos enterando que tuvo un matrimonio bastante infeliz que la dejó con algunos traumas y resentimientos con la vida en general, pero la película inicia cuando nos enteramos que ella está esperando en una habitación de hotel la llegada de un hombre joven -Leo- a quien Nancy contrató para tener sexo y en la medida de lo posible tener un orgasmo.

Nancy se muestra sumamente nerviosa e incómoda por haber contratado los servicios de un trabajador sexual, a quien le confiesa jamás haber tenido un orgasmo y haberse prometido después de la muerte de su esposo dos años antes, qué jamás volvería a fingir un orgasmo. Al contrario de Nancy, Leo muestra una gran confianza en sí mismo para poder realizar su trabajo y satisfacer a sus clientas.

La película, más que centrarse en el encuentro en sí mismo, se focaliza en la relación que van forjando Nancy y Leo en sus diferentes pláticas para establecer una relación de confianza entre ellos. Así, en un ambiente neutral como lo es una fría habitación de hotel y donde nadie puede escucharlos, van aflorando los hechos más relevantes de la vida de cada uno de ellos, la de Nancy mucho más larga que la de Leo, y se van quitando capas de las máscaras con las que iniciaron su primer encuentro. Él, un joven con un futuro por delante, y ella, con realidades del pasado que tiene que enfrentar para vivir el resto de su vida con mayor libertad. Al final de la cinta, Nancy se da cuenta de que ella sola, en sí misma, tiene la solución.

La película está bastante bien llevada a pesar de contar con solo dos actores en escena y un cuarto de hotel como escenario principal, pero gracias un buen guión con los personajes de Nancy y Leo bien desarrollados, así como a una acertada dirección y una edición ágil, la cinta está bien lograda.

Nancy está interpretada por la muy reconocida y multipremiada actriz inglesa Emma Thompson y dos veces ganadora del Oscar, uno como guionista y otro como actriz; mientras que el personaje de Leo Grande está cargo del actor irlandés Daryl McCormark, quien con una corta carrera actoral corta, obtuvo el Chopard Trophy en el festival de Cannes 2023 como Actor Revelación por su interpretación de Leo.

Un vecino gruñón, disponible en HBO Max si tienen suscripción o en  renta en otras plataformas como Prime Video de Amazon, mientras Buena suerte Leo Grande se puede ver en Netflix.

Y como dice el epígrafe de este artículo que aplica a las películas aquí comentadas: “La vejez no depende de los años, sino de las ilusiones por cumplir”, cita tomada del psiquiatra español Enrique Rojas.






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