Caso Cassez-Vallarta: en espera del karma
Volviendo a las instancias legales de los acusados y reconociendo la importancia de un país de leyes y no de Bukeles, habremos de entender que un caso cuyo proceso se plaga de irregularidades siempre le dará una salida al acusado por tecnicismos, tecnicismos que como todos sabemos, fue la rendija por donde escaparon Vallarta y Cassez
Cito un caso confiando en mi memoria y esperando que internet haga lo suyo para quienes decidan ahondar: sería en los años noventa, cuando el gobierno federal se anotó un tanto al lograr la liberación de un asesino de origen mexicano que esperaba ser ejecutado en Texas; nunca entendí el frenesí nacionalista; apegado a la sabiduría popular que dicta aquello de que si el rio suena, es porque lleva agua, me pareció estúpido que la opinión pública de un país se volcara en loas al recién liberado asesino. ¿El motivo del éxtasis? Ganarle una partida legal a quienes nos “robaron” buena parte del territorio; ¿la víctima y deudos?, nadie los recordó.
Tanto fue el alboroto mediático, que la televisora con nombre de pueblo conquistado y hoy dirigida por el Milei (¿o Mirrey?) mexicano, aprovechó los quince minutos de fama del liberado asesino para darle un pequeño papel en una de sus telenovelas, así como entrevistas en noticieros y programas del estilo Ventaneando. Para fines prácticos continúo citando de memoria: con días de diferencia para su revocada ejecución, el Jetta o Atlantic que conducía fue impactado de frente por otro vehículo en la carretera federal 57 cerca de San Luis Potosí; así murió quien había asesinado a un oficial de policía. Creo más en la justicia republicana que en la justicia divina o el karma, pero cuando la justicia humana falla, espero que alguna de las otras dos se manifieste.
Todo viene a cuento por la recién liberación de un cabrón apellidado Vallarta, ese que junto a una francesa, también liberada, sembró terror e interminables sesiones de terapia para algunos mexicanos que tuvieron la mala fortuna de cruzarse en su camino. Antes de continuar con el aspecto legal de los acusados, quiero hacer hincapié en el aspecto humano de las víctimas: solo aquellos que han sido privados de su libertad, asesinados, cercenados o chantajeados por este tipo de criminales, conoce la rabia e impotencia de recibir las respuestas más insensibles de alcaldes, procuradores, subprocuradores y “líderes” empresariales: ¿no tienes cámaras?, ¿por qué mejor no contratas guaruras?, ¿no te conviene irte a vivir al extranjero?, ¿has considerado bajar tu perfil?
Volviendo a las instancias legales de los acusados y reconociendo la importancia de un país de leyes y no de Bukeles, habremos de entender que un caso cuyo proceso se plaga de irregularidades siempre le dará una salida al acusado por tecnicismos, tecnicismos que como todos sabemos, fue la rendija por donde escaparon Vallarta y Cassez, igual a aquel asesino de Texas de cuyo nombre no puedo acordarme.
Total, que llevo años con la alerta de Google para recibir la noticia de que allá en París el karma alcanzó a Florence, cosa que no ha sucedido; y a partir de hoy, pongo la alarma para enterarme de cuando otro tipo de justicia le caiga a Vallarta.
El tiempo, el pueblo, los dueños de las concesiones y un señor muy resentido han hecho justicia en áreas ajenas al caso sobre quienes sembraron las irregularidades que liberaron a Cassez y Vallarta; para esos comunicadores y políticos, la indiferencia es suficiente castigo, ya que solo pecaron de imbéciles.
Me siento muy, muy mal de escribir en este tono y por ello ofrezco disculpas a mis lectores, pero es que, en eso de los placeres culposos, he de reconocer que alguna vez tuve un instante de felicidad que me avergüenza: fue cuando me enteré que apareció muerto y balaceado ese, que de no ser por la intervención de uno de sus guaruras, habría acabado con mi vida.