Opinión
Viernes 15 de Agosto del 2025 13:16 hrs

Trump: ¿causa o consecuencia?


No se irán de aquí las inversiones en el cortísimo plazo, pero la realidad es que ya no llegarán ni con el ritmo ni en la cantidad de como lo hicieron en los pasados treinta años.

Se agradece la inclusión de más voces femeninas y equilibrios ideológicos en los perfiles que presentan los programas de análisis político en cadenas nacionales. Sí, de repente la morena de moda sale con cada barbaridad que uno se pregunta qué diablos enseñan en Harvard de materias optativas, esas que rellenan los planes de estudio para encarar la vida con algo más que intelectualidad y dogma.

Pero pasa que, igual a aquel primera base de los Medias Rojas de Boston en la serie mundial de 1986, se les cuelan las rolitas más sencillas cuando insisten en hacer gala de sus fuentes y estudios, experiencia y arrastre en redes sociales. Se les nota el miedo a salirse del renglón, imaginario o impuesto por algún poder superior.  

Sucede que de todos, todas y todes, no hay quien hable de una alternativa al juego que se trae Trump desde que retomó posesión como POTUS: coinciden en que está loquito (falacia ad hominem), y que por lo tanto, debemos esperar como gallinas de corral para ver a qué hora se le ocurre torcernos el pescuezo o perdonarnos la vida. Hablan de muchas cosas y variables, pero no tocan el escenario más lógico y probable.

De un plumazo y luego explicamos: en distintos momentos del futuro, no habrá renegociación de tratados, ni artículos libres de arancel, ni visas de trabajo, menos migración y poquísimas remesas, ni nuevas inversiones, ni nada parecido a lo que hoy llamamos relación bilateral; en una de esas, ni el mexicano de cuota aparecerá en las producciones de Hollywood.

Un poquito de rollo contextual: te puedo marear con aburrida bibliografía que tienes al alcance de tu celular, pero en los talleres de escritura me enseñaron a mostrar, no a enumerar, así que mejor evoco eso que has platicado con los tuyos en el sentido de que las familias ya no son tan numerosas como antes, y que las posadas y cumpleaños cada vez son menos concurridos, y que los abuelos envejecen solos, y todo eso que coloquialmente llamamos nueva realidad, pero que técnicamente se llama Tasa de Reemplazo Poblacional Negativa: nuestro país ya entró en reversa para fines de explosión demográfica; y obvio que no somos la primer nación en eso, Europa lleva tiempo en esa realidad, de ahí que sus gobiernos se hagan de la vista gorda con los africanos que los invaden: a mayor población, más recursos para administrar y ro… romantizar el servicio público.

¿Qué quiere decir esto? Dice que tan pronto como en una generación (cuando Andrés Tercero debute en mítines políticos), no habrá suficiente gente para trabajar y sostener una economía, llámese doméstica o macro. Por ahí alguien podrá pensar que la solución es fácil: imitar a los conejos. Pero el asunto de la reducción en la Tasa de Reemplazo Poblacional tiene que ver con antropología, una ciencia no exacta ni manipulable por ser producto de muchas variables más amplias a la economía. Y todavía falta la cereza en el pastel que nos toca comer.

Resulta que allá, los gringos, tienen muy claro eso de que son el mercado más atractivo del mundo, y entienden también que si la tecnología no ha tenido vuelta pa´tras desde la invención de la rueda, menos la tendrá ahora que tanto chinos como rusos, medio oriente y europeos, se están poniendo las pilas para enfrentar la segunda mitad del siglo con desarrollos y sumas de tecnologías que hacen ver los gadgets del 007 como juguetes de la edad media. Resultado de más brazos robotizados: menos mano de obra.

De ahí que Trump (léase USA), le dé largas al tema México mientras sus empresarios razonan, planean y financian TODA nueva planta dentro de su territorio, no en el afán propagandístico de dar empleo a los güeros de cuellos rojos, sino en la inteligencia (perversa, piensan algunos, lógica, dicen otros) de eficientar procesos y costos gracias a la automatización, robótica e inteligencia artificial. O sea, que no nos sueltan como proveedores en tanto resuelvan sus temas de suministro, pero una vez logrado esto, hasta la vista, baby. 

 No se irán de aquí las inversiones en el cortísimo plazo, pero la realidad es que ya no llegarán ni con el ritmo ni en la cantidad de como lo hicieron en los pasados treinta años.

 Ojo aquí: con tasas negativas de reemplazo poblacional también en USA, es alcanzable la promesa de dar más empleos a sus electores, mejores negocios a sus inversionistas, y más ingresos al gobierno vía aranceles para aquello que les resulte mejor importar.

Resalto otro punto a considerar: el impacto en los precios en USA por salarios mayores no solo será minimizado por eficiencias tecnológicas y la obviedad en logística, también ajustando márgenes de utilidad a niveles de sano capitalismo y no de la usura o especulación, esto último igual aplica para precios de importaciones sujetas a aranceles; traducción: no todo lo paga el consumidor, algo de eso es absorbido por el empresario que decide seguir operando. Me rehúso a ser parte del discurso coral que sostiene que Trump y su gabinete son incompetentes en materia económica.

Del párrafo anterior podemos entender la ingenuidad de pensar que una vez que Trump se vaya, todo se nos va a facilitar, como sugieren no pocos analistas. Creo que se equivocan, Trump no es causa de lo que acontece en el mundo, es solo una consecuencia. Consecuencia de un planeta y sociedad tecnificados, y consecuencia del inicio de una implosión demográfica mundial; si lo piensas un momento, ambas variables son compatibles entre sí, y son consistentes con las políticas de Trump (USA).

Y la pregunta incómoda es: ¿Cómo nos estamos preparando por acá para eso? Siendo renuente para aquello de orar, rezo para que nuestros gobiernos no estén esperando que Papá Trump nos resuelva el futuro, como en el pasado lo hizo el abuelo TLC.

 






OPINION

Fuenteovejuna

“México hace lo que decimos”: Trump; “En México manda el pueblo”: Sheinbaum. A la luz de nuestra realidad parece que el truhan de la Casa Blanca dice la verdad…

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