Opinión
Lunes 14 de Julio del 2025 10:35 hrs

¡AL HUESO!

Huachicol del bienestar


Como miles de otras veces, en 2019 López Obrador lanzó la mentira y blandió un pañuelo blanco para dar por terminado el “huachicol”. Lejos de ello, el delito creció, se extendió, incluso en Coahuila, con implicación de personeros políticos que permanecen intocados, en las sombras. De nueva cuenta, presión desde USA lleva a combatirlo

“Si hay funcionarios implicados, se irá hasta donde tope”. ¿Hacia arriba o hacia abajo, como acostumbran? Demócrito.

Quien estuviera más o menos enterado del diario acontecer lo sabía. Es una actividad ilícita pública e inocultable por su volumen, incluso por el precio menor al costo de los combustibles en muchas gasolineras. También en Coahuila.

Después de la tragedia de Tlahuelipan, con 73 víctimas mortales y ningún culpable -como sucedió siempre en el pasado sexenio y sigue ahora-, López Obrador agitó su pañuelo blanco para dar por controlado el negocio negro del “huachicol”. Una mentira más.

En redes y algunos medios tradicionales, sin embargo, permaneció la visión de una práctica que lejos de desaparecer, o siquiera disminuir, se mantuvo en crecimiento y ha sido -aseguran investigaciones periodísticas- uno de los puntos de encuentro entre políticos, principalmente de MORENA, y los cárteles de la delincuencia. 

Dicen los que saben, que viene de antes. Ejemplo, en tiempos de Calderón el huachicoleo en el sudeste lo manejaba un gasolinero que llegó a ser secretario de Gobernación. En el de Peña Nieto, el grupo de Lozoya y el general Eduardo Trauwitz. 

En estos tiempos, sin que se les haya investigado, se han repetido nombres de políticos supuestamente involucrados: Ricardo Peralta y Horacio Duarte, ex directores de Aduanas, éste último hoy secretario de Gobierno del Estados de México; Juan Carlos Madero Larios, operador de Duarte y ligado a Américo Villarreal, gobernador de Tamaulipas.

Lo mismo, Rocío Nahle, ex secretaria de Energía, hoy gobernadora de Veracruz; Mario Delgado, ex dirigente de MORENA, hoy Secretario de Educación, enlazado con Sergio Carmona, “El Rey del Huachicol”, asesinado en 2021 en San Pedro, N.L. Y muchos más.

La mini-refinería “descubierta” en Coatzacoalcos, que con gran eficiencia y menos despilfarro que Dos Bocas refinaba crudo robado a PEMEX, comercializaba sus productos a través de una empresa ligada al grupo de relaciones de los hermanos López Beltrán.

Una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción probó que la empresa Ecocarburantes vendió 500 millones de pesos de combustible ilegal a la SEDENA, para su uso en el Aeropuerto Felipe Ángeles. 

Pese a las reiteradas evidencias, el jugoso negocio se mantuvo en marcha con mínimos inconvenientes, hasta que el equipo de Trump encontró otra veta para presionar al gobierno de México. Puso el dedo y el “niño maravilla” Harfuch tuvo que entrar en acción.

Por pase de magia, a las autoridades de todos los niveles se le cayó la venda y comenzaron a ver lo que estaba delante de ellos, unos para colgarse medallas, otros para llorar la pérdida de “aportaciones” y los más para deslindarse.

Los dos convoyes ferroviarios “descubiertos” en Ramos Arizpe y Saltillo, que según las autoridades iban de paso, tenían telarañas pero nadie los había visto hasta que, según la primera versión, un humilde policía sospechó y dio la alerta.

La infantil explicación cambio a poco andar por la de una “minuciosa investigación” de meses, con una gama de policías involucradas en que solo faltó el vigilante de la catedral.

En el bajo mundo lo vigente es que hubo pleito entre los involucrados en el negocio.

Ferromex -la de Germán Larrea, el de Pasta de Conchos- que por mínima seguridad debe comprobar la legalidad de las mercancías que transporta, no había notado el extraño cargamento de combustibles varado en 129 tanques en las dos estaciones.

Petróleos Mexicanos, con una dirección dedicada a combatir el robo y la comercialización ilícita, no se percató que había más combustibles en el mercado del que vendían.  

No, no hemos sido ajenos al delito. Era al menos extraño ver en diferentes ciudades del Estado gasolineras que ofrecían por debajo de los precios promedio. Entre ellas, Cargo Gas, ligada a Juan Manuel Muñoz, “El Mono”, hoy convertido en acusador: señala que el huachicoleo es otro de los negocios negros en que participan policías. 

Hubo denuncias, como el caso de una gasolinera en Monclova que vendió huachicol de muy mala calidad con un precio muy atractivo y dañó los vehículos de decenas de ciudadanos, sin que ni Profeco ni PEMEX se dieran por aludidas.

Es sabido, y también hubo denuncias no oficializadas por temor, que sobre todo en el norte de la entidad emisarios de la delincuencia, actuando como intermediarios de los empresarios del huachicol, amenazaban a propietarios de gasolineras y líneas de transporte para venderles cuotas obligadas de combustible. 

“No me importa si lo tiras o lo quemas, pero mensualmente nos vas a comprar 250 mil litros de diésel o te atienes a las consecuencias”, le plantearon directa y terminantemente a uno de los empresarios y dirigente del transporte de carga en la frontera. Obvio, les compró, como lo hicieron todos los amenazados.

Ninguna autoridad lo había notado, pero en sus dos vertientes, robo y fiscal, el huachicol está entre nosotros. Y esperemos que no siga.






OPINION

Fuenteovejuna

Como mexicanos, indigna el trato que Trump y algunos gringos dan a México y a la Presidenta; pero indigna más que nuestros gobiernos hayan dado razones de sobra…

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