Opinión
Miercoles 20 de Agosto del 2025 06:55 hrs

Para Justificar Otra Barbaridad


La disminución de la pobreza que anuncia este estudio se da en un entorno que cuestiona la sostenibilidad de la forma en que se proporcionan; si se somete a escrutinio la calidad de los derechos sociales que se están midiendo, y no solo se contabiliza el acceso, no sorprendería que cualquiera de ellos (educación, servicios de salud, seguridad social, vivienda y alimentación) no cumplieran con la calidad mínima aceptable.

El miércoles pasado, el INEGI publicó el análisis de resultados de la medición de pobreza multidimensional, 2024. A una semana, los resultados de este estudio siguen siendo la noticia más importante para los mexicanos y sus efectos perdurarán por mucho tiempo más.

Por su puesto que hay temas de especial relevancia en las noticias nacionales e internacionales como la gestión de la paz en Europa y el potencial planchado de diferencias en una alianza occidental. O el despliegue de fuerza naval en cercanía del Caribe venezolano tras la recompensa puesta a su captura y la advertencia que, a través de ello, le dan a un grupo de liderazgos latinoamericanos.

A nivel local el anuncio no reconocido por la DEA y la declaración de culpabilidad del Mayo son noticias que ponen a temblar a personas y estructuras completas. Mientras que nos distraemos con el descarrilamiento del Tren Maya y las aventuras de la Señora Gutiérrez Müller y los viajes de Andy.

Con tristeza y pesar, vemos que la última sesión de pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su etapa neoliberal no es noticia: las palabras de Norma Piña, si bien sentimentales, no compiten con lo ya concretado, ni anuncian la llegada de algo mejor. No serán escritas con letras de oro en ningún lugar.

Pero la publicación del INEGI y lo que anuncia se insertará en la narrativa política y en el ideario popular de forma profunda. El cantar a los cuatro vientos que, durante el sexenio de López Obrador, se sacó a 11.7 millones de mexicanos de la pobreza tendrá impacto en lo que nos tocará vivir.

No hay razón para caer en la mezquindad con el INEGI. El haber recibido y ejecutado esta responsabilidad de una forma diligente y estricta, le excusa de cualquier consecuencia.

El estudio de la pobreza multidimensional tiene un sólido sustento: el acceso a derechos sociales mitiga un ingreso bajo, mientras que su falta puede hacer irrelevante el tener un mayor ingreso. Pero, dentro de la complejidad de retos que enfrenta una nación no se puede ver estos resultados de forma aislada y echar las campanas al vuelo.

Especialmente un país como México, con la diversidad, desigualdad, desgobierno y deficiente estado de derecho y rendición de cuentas que sufrimos.

La disminución de la pobreza que anuncia este estudio se da en un entorno que cuestiona la sostenibilidad de la forma en que se proporcionan; si se somete a escrutinio la calidad de los derechos sociales que se están midiendo, y no solo se contabiliza el acceso, no sorprendería que cualquiera de ellos (educación, servicios de salud, seguridad social, vivienda y alimentación) no cumplieran con la calidad mínima aceptable.

Además de que existen serias dudas de que las políticas públicas y acción de gobierno que nos llevaron a estos resultados sean sostenibles en un futuro próximo. El componente que mayor impacto tuvo en el cambio fue el económico con la medición de ingreso. La que consiste en la política de transferencias del gobierno a la población, ósea programas sociales, que tuvieron un impacto menor, y la política de incrementos del salario mínimo que, a su vez, afecto a las remuneraciones por trabajo formal e informal, con un impacto mayor en la reducción de la pobreza.

Estas políticas públicas, sumadas a otras acciones de gobierno que marcan un debilitamiento institucional y a un entorno internacional complejo y volátil, resultaron en crecimiento nulo en el sexenio, en una marcada debilidad en las finanzas públicas y en un entorno empresarial complejo e incierto que ahuyenta la inversión y atenta contra el crecimiento futuro.

Sin que exista un estudio que lo pueda exhibir ni la demostración empírica que nos dará el tiempo, se puede asegurar que la política pública y acción de gobierno que llevó a la reducción de pobreza que se presume, cobijó la necesidad social, política y electoral de corto plazo, mientras descobijó el largo plazo, atentando contra la sustentabilidad y sostenibilidad de sí misma.

Nadie le puede quitar a López Obrador y su pandilla que sacó a once millones de mexicanos de la pobreza. Y, no tenga duda, la Presidenta, y la pandilla, nos lo recordarán cada vez que tenga que justificar otra barbaridad.


 






OPINION

Fuenteovejuna

Triste el día de ayer para la justicia. Terminó su gestión una Corte que, con una mayoría honesta, fue respetable al salir Zaldívar. Viene un período oscuro…

www.infonor.com.mx