Opinión
Sábado 27 de Abril del 2024 02:38 hrs

Incapacidad o “E” menos 13


En el mediano y largo plazo, la falta de inversión, tanto en infraestructura y mantenimiento, como en factores de seguridad, sientan las bases para el fracaso de la política pública de cualquier gobierno

Al tiempo que, en México, comienzan las campañas electorales para renovación de poderes federales: presidente, senadores y diputados, se detiene, suspende o cancela, el programa de mantenimiento carretero 2024. 

La razón es poco clara: lo que sabemos es que la Secretaría de Hacienda “reservó” los fondos, por poco más de 11 mil millones de pesos, destinados a las licitaciones necesarias para cumplir con el programa de mantenimiento propuesto por la Secretaria de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes. 

Versiones sobre la reasignación de la actividad al ejército – otra vez – viene y van. No hay claridad ni transparencia – otra vez – en la acción del gobierno de la 4T. El tiempo para ejecutar las obras de mantenimiento, antes de que comience la temporada de lluvias, parece ya no ser suficiente y la duda de que se vaya a llevar a cabo se incrementa día a día.

En realidad, existe poca duda de lo que sucede. Si grazna como pato, camina como pato y se comporta como pato, entonces, seguramente es un pato diría la sabiduría popular. Todo indica que, este gobierno ha tomado malas decisiones en materia económica y financiera; que la solidez financiera con la que comenzó este gobierno se ha perdido, que los compromisos de gasto corriente asumidos y decisiones irresponsables con tinte electoral están cobrando factura.  

El escándalo – como lo describió Marco Mares, en El Economista, del 19 de febrero – parece un sinsentido para cualquier gobierno con sentido común; la probabilidad de convertir la falta de mantenimiento carretero en una tragedia de grandes consecuencias es alta. Sumándola con la crisis de seguridad, que ha pasado de caminos locales hacia los principales ejes carreteros, y las protestas de asociaciones de transportistas, se vuelve una trampa lista para estallar. 

Aun cuando el estado general de los medios de transporte, eficiencia, mantenimiento y seguridad, son altamente visibles a la población, al mismo tiempo que son un factor determinante de la eficiencia económica, y el desarrollo y nivel de vida de poblaciones y regiones, las condiciones de los medios de transporte se deterioran de forma gradual; poco a poco se va mermando la eficiencia y seguridad, hasta que se vuelven inviables o, abiertamente, se convierten en tragedia. 

Mientras no suceda eso, los recursos pueden ser usados en muchas otras cosas que generan mayor rendimiento político.

En el mediano y largo plazo, la falta de inversión, tanto en infraestructura y mantenimiento, como en factores de seguridad, sientan las bases para el fracaso de la política pública de cualquier gobierno. 

El problema se vuelve más evidente cuando los programas que están siendo afectados son programas regulares, que representan un monto relativamente bajo en el presupuesto del gobierno, pero representan un riesgo grande para la población. 

El Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024 contempla un poco más de nueve millones de millones de pesos. El programa de mantenimiento carretero, con 11 mil millones de pesos de presupuesto, representa el 0.12% del presupuesto. El impacto de la falta de mantenimiento, en el mediano plazo, si se considera la pérdida por eficiencia y seguridad, los riesgos de accidente y las consecuentes perdidas, es infinitamente mayor al costo.

La consecuencia de la falta de mantenimiento oportuno es, sin lugar a duda, que el deterioro se acelera y la recuperación de las condiciones se multiplican en costo. 

Para el gobierno de López Obrador, la combinación de su aura populista con la retórica de la creación de un estado de bienestar ha tendido las redes que nos lleva a esta posición en este y otros importantes menesteres de gobierno. Las decisiones cortoplacistas e irresponsables, que desatienden las bases económicas y financieras de un desarrollo de largo plazo, nos llevan al punto en el que nos encontramos. 

Es notorio y significativo que, al comienzo de las campañas presidenciales, se hiciera gala de la incapacidad de dar mantenimiento a la red de carreteras federales. Por encima de los 100 compromisos de Claudia Sheinbaum, la realidad nos enfrenta a los mexicanos: márgenes de acción reducidos e incapacidad en la administración pública es la continuidad que nos ofrece. 

Ahora que, siempre puede argumentar, a como nos tienen acostumbrados, que los baches son para que la inseguridad de las carreteras se disminuya, así nadie puede correr, ni los delincuentes. 






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